Columna nuestras raíces|Pichincha (Opinión)

Fue el 24 de mayo de 1822. La Batalla de Pichincha, librada entre las fuerzas colonialistas al mando del general Melchor Aymerich y las tropas revolucionarias conducidas por el general Antonio José de Sucre, resultó un categórico triunfo de las fuerzas republicanas, y abrió paso a la incorporación de Quito (hoy Ecuador) a la República de Colombia (Gran Colombia).

En enero de ese año se había producido un hecho singular, el ejército de Sucre se engrosaba con la incorporación del ejército proveniente de Perú que había prometido el general San Martín. Peruanos, altoperuanos, chilenos y rioplatenses se sumaban a los guayaquileños, neogranadinos, quiteños y venezolanos que avanzaban desde Guayaquil a liberar Quito.

Luego de tomar Cuenca, en el mes de abril se produce el combate de Riobamba, donde los Granaderos de Los Andes, al mando del mayor Juan Lavalle, dando una significativa muestra de coraje y disciplina, con sus 96 jinetes y al grito de “¡A degüello!”, derrota a la caballería española de 400 hombres. Fue el “Vuelvan Caras” de José Antonio Páez en los campos de Riobamba.

Con el empuje del triunfo, las tropas revolucionarias llegaron a las cercanías de Quito. Sucre ordenó avanzar por la ladera del volcán Pichincha. A 3.500 metros del nivel del mar se desarrolló la batalla. Las fuerzas de Aymerich parecían ganar la batalla, pero la acción decidida de los Batallones Albión y el Magdalena definió la contienda en favor de los republicanos.

Entre los actos de heroísmo se destaca la acción de Abdón Calderón, joven de 18 años, que pese a haber recibido cuatro heridas de bala, resistió en su trinchera hasta el fin de la batalla, alentando a sus compañeros y haciendo flamear la bandera celeste de Guayaquil. A los pocos días murió a consecuencia de esas heridas. Sucre, y Bolívar después, reconocieron públicamente la acción heroica del joven patriota nacido en Cuenca.

Pichincha fue la primera gran batalla del ejército unido suramericano, e inicio del ciclo que culminará con el triunfo de las fuerzas patrióticas. La unidad del ejército suramericano fue la clave de la victoria.

T/ Fernando Bossi
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