Por Basem Tajeldine|Rusia contra el desorden mundial (Opinión)

Los máximos estrategas imperiales estadounidenses estaban convencidos que desde el derrumbe de la Unión Soviética en 1991, Rusia jamás volvería a significar un «estorbo» para las ambiciones depredadoras y hegemónicas de Estados Unidos. Al respecto, algunos argumentaron que el gran país eslavo nunca volvería a recomponerse del colapso soviético, por lo que tenían que inventarse un «nuevo enemigo» que justificase la acción «benévola» de EEUU como policía mundial y su expansionismo.

El nuevo enemigo que llenó aquel vacío soviético fue encontrado entre sus propios engendros: el fundamentalismo «islámico», pero también resultó del «milagro económico de China». Samuel Huntington pudo teorizar al respecto en su infame libro Choque de Civilizaciones. Pero fue Zbigniew Brzezinski el único que tuvo olfato para advertir desde muy temprano el regreso de Rusia al «gran tablero» en 1997, por lo que propuso ocupar toda Eurasia para arrebatar al país eslavo su histórica área de influencia.

Para sorpresa de los halcones imperialistas, Rusia resucitó de entre las cenizas de la Unión Soviética como Ave Fénix. Así mismo lo reconoce un artículo publicado por el reconocido periódico estadounidense The Financial Time cuando admite que el presidente ruso Wladimir Putin ha logrado «cambiar el orden mundial» existente.

El mismo artículo asegura que la imagen de Rusia como «país débil y poco influyente en los acontecimientos del mundo», resultó ser errónea, y los acontecimientos en Siria (desde el 30 de septiembre de 2015 hasta la fecha), que lograron cambiar el curso del conflicto en el país árabe, así lo demuestran.

La coalición internacional antiterrorista liderizada por Rusia, y secundada por Irán y Hezballah, terminó por desbaratar la estrategia imperial en el Medio Oriente y romper la diabólica máscara que ocultaba el apoyo de EEUU y sus aliados europeos a los mismos grupos que hoy insisten en llamar «moderados».

La Gran Rusia de Putin despertó para imponerse contra el desorden mundial.

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Excelente Artículo!