Soberanía y Participación

Mucha gente se pregunta qué ventajas tiene usar software libre, por ejemplo Canaima (versión venezolana de un ambiente Linux) frente a otras opciones, como Windows y Mac OS. Las ventajas para su uso personal son unas y hablaremos de ellas en el futuro. Las ventajas que tiene adoptar el uso de software libre como parte de una política de desarrollo nacional son otras.

Hablaremos hoy sobre la importancia de adoptarlo como modelo de software para instituciones públicas y proyectos de desarrollo nacional. Hay que recalcar este aspecto porque muchas instituciones han postergado la migración a software libre, a pesar del Decreto presidencial que exige su adopción, el famoso Decreto 3390.

¿Qué preceptos constitucionales estaríamos potenciando con la adopción de software libre? Son varios, pero trataremos sobre dos de ellos: soberanía y participación.

Soberanía. No podemos depender de que otro Estado o una gran compañía como Microsoft nos imponga condiciones bajo la amenaza de no seguir dando soporte a su software. Ya Microsoft armó la infraestructura, a través de Internet, para poder restringir el acceso a mejoras en la seguridad de Windows, acceso que en cualquier momento podrían negarnos.  En otras palabras, estamos incluso ante un tema de seguridad de Estado.

Participación. Los dueños de un software privativo se reservan el derecho de modificarlo y decidir quién lo puede usar. Por otro lado, cualquier persona podría usar un software libre, es más, podría copiarlo y modificarlo. Por supuesto, no podría modificar un software en producción, o sea, en uso en un sistema real, pero podría realizar cambios a una copia del software y, eventualmente, obtener ganancias económicas por ello. Beneficio distribuido en mucha gente, no concentrado en pocas empresas.

T/Emilio Hernández

Caracas