Por Manuel López|Solvencia financiera (Opinión)

Hay la tentación, principalmente en los adversarios políticos del partido gobernante, de confundir una situación coyuntural por la que puede atravesar un país, con su posición estructural.

El caso de Venezuela no escapa a una visión que no parece inocente o por desconocimiento, sino con una intención deliberada de malponer al país.

Su principal empresa y fuente de divisas, Petróleos de Venezuela (Pdvsa), genera 96% de los ingresos en dólares. Han sido innumerables las cuartillas escritas que han sentenciado la inviabilidad de la empresa.

Si se analizan los números de la empresa, la verdad es que la relación deuda-patrimonio es muy baja, si se compara con otras petroleras.

Al cierre del año pasado, los estados financieros de la petrolera indicaron una deuda financiera de 40.026 millones de dólares.

Si a esa cantidad se le suma el endeudamiento recientemente anunciado por 4.500 millones de dólares, la deuda financiera a la fecha estará alrededor de 45 mil millones de dólares, cerca de la mitad de su patrimonio que supera al cierre de diciembre de 2012 los 75.800 millones de dólares.

Los estados financieros de la petrolera venezolana reflejan que es una de las empresas más importantes del mundo, tanto en ingresos (más de 94 mil millones de dólares anuales) como en patrimonio contable, sin contar el valor de mercado que le da poseer las reservas más grandes del mundo.

Un informe de los bancos más importantes del mundo, Bank of America, señaló esta semana que el flujo de caja que obtiene Pdvsa con la producción actual es suficiente para cumplir con los compromisos de deuda pendientes.

El estudio asegura que “no está en entredicho la capacidad de pago del Estado venezolano y de la estatal petrolera”.

Una perla le lanzó el banco a los mercados que venían desestimando a los bonos criollos.

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