Por José Vicente Rangel|Alberto Lovera: La victoria de la vida sobre la muerte (Opinión)

Dado su valor de memoria y verdad, a continuación reproducimos el texto de la carta de José Vicente Rangel con motivo de conmemorarse el 51 aniversario del vil asesinato del profesor Alberto Lovera, leída por Aristóbulo Istúriz en el acto de masas la tarde de este viernes en el estado Anzoátegui:

“Lamento no estar con ustedes en esta conmemoración del 51 aniversario del asesinato del combatiente popular y dirigente del Partido Comunista de Venezuela, Alberto Lovera.

“Coincide la realización de este acto con la grabación de mi programa de televisión. Sin embargo, he querido ratificar mi indeclinable solidaridad con la figura mártir de Lovera, y lo que él representa en la historia venezolana, a través de este mensaje que, generosamente, se ha ofrecido a leer a los presentes mi entrañable amigo y compañero de luchas, Aristóbulo Istúriz.

“¿Qué representa Alberto Lovera? ¿Cuál es el significado de su sacrificio? Ante todo, la confirmación del ejercicio de la política como un apostolado, como la voluntad de servir. Del caso Lovera deriva toda una interpretación ética, que tiene que ver con el desafío de la dignidad al ejercicio bastardo de la política.

“Lovera se incorpora a la historia del país no solo por el hecho de haber resistido el ensañamiento criminal de sus verdugos con un valor irreductible. Por haber desafiado al sistema oprobioso imperante en Venezuela para la época con el silencio. Él, que conocía todos los secretos de la misión que desempeñaba, no entregó a los torturadores ni uno solo de ellos. Resistió sin ceder las más horrendas torturas y respondió a ellas, repito, con el silencio.

“Lovera redimensiona el quehacer político; es la redefinición de la militancia en función de valores superiores. Quienes lo conocimos en vida estuvimos convencidos de que jamás haría concesiones el enemigo, y precisamente fue abatido en forma brutal cuando pretendieron degradarlo con la delación.

“Lovera resistió y entregó su vida sometido a los tormentos más abyectos para legar un ejemplo de dignidad y de coraje. Los que pretendieron humillarlo tuvieron que aceptar que su dignidad era más poderosa que la tortura y optaron, finalmente, por lanzar al mar en el oriente del país su cuerpo lacerado, envuelto en una cadena y con un pico como lastre.

“Hasta ese momento Alberto Lovera era un desaparecido más. El Gobierno negó sistemáticamente y con cinismo su detención, y puso a circular versiones infames. Pero el mar, generosamente, devolvió su cadáver.

“Pablo Neruda en su Canto General asume el tema del desparecido de esta manera: “nadie sabe dónde enterraron los asesinos estos cuerpos, pero ellos saldrán de la tierra a cobrar la sangre caída en la resurrección del pueblo”.

En Venezuela fue el mar el que devolvió el cuerpo de Lovera y condenó para siempre a los asesinos y al sistema al que servían. Que son los mismos que hoy reclaman respeto a los Derechos Humanos. Precisamente ellos que practicaron el más siniestro terrorismo de Estado.

¡Lovera vive, la lucha sigue!
¡Venceremos!

Fuente: www.conelmazodando.com.ve