La columna globoaterrada de Emilio Hernández|La organización no hace daño (Opinión)

No es lo mismo esperar turno que hacer cola. La cola desespera, te obliga a mantenerte de pie (lo que algunos resuelven llevando un banquito), te expone a los imponderables del clima.

Es muy desagradable tener que madrugar haciendo cola, porque te arriesgas a ser víctima de alguna agresión o robo. Hacer cola te somete a ser testigo de coleados, de gente que “guarda” puestos y de negociadores de puestos.

Lo peor: mientras haces una cola se te ocurren 1001 formas de organizar el servicio para que no haya colas y te preguntas por qué a los encargados no se les ha ocurrido. Piensas en dos alternativas: negligencia y corrupción.

La forma más sencilla de evitar una cola es dar citas previamente. Puede ser por internet, puede ser en una oficina donde te entregan un comprobante de la cita. Dar citas es rápido, por lo que, en sí, no debe generar colas.

Es importante cumplir el horario de las citas. Ambas partes deben ser estrictas cumpliendo con lo acordado para la cita. Que además haya una cola, cómo no, pero de los que no pidieron cita y quieran aprovechar, a su riesgo, algún lapso vacío. Hasta el comercio puede ser eficiente y sin colas.

Siempre hay pesimistas que dicen que somos incapaces de cumplir con un horario. Es decir, creemos imposible hacer lo que obligamos a hacer a nuestros niños, quienes deben entrar puntuales a sus clases.

La falta de organización horaria genera caos y malestar.

Cerca de mi casa esperamos el camión de Pdvsa Gas con las bombonas, los martes. Hay que llegar a las 7am por si el camión pasa raudo y veloz, pero con frecuencia llega mucho más tarde. Otras veces ni pasa y uno no sabe hasta qué hora esperar. ¿Será que somos incapaces de decir que el camión llega con absoluta seguridad, digamos, antes de las 7:15 del martes y parte a esa hora exacta?

Soy un convencido de que el transporte público, incluso el de las camionetas que te torturan con reguetón, puede organizarse con horarios de salida en todas las paradas. La llegada, a cualquier hora previa, con holgura. La salida, a una hora exacta.

Sin organización no hay Revolución.

emiliofhg@gmail.com