La agrupación continúa cosechando éxitos en su séptimo recorrido por Europa|Orquesta Sinfónica Juvenil de Caracas destelló en su debut en París

Luego de presentarse con flamante éxito en importantes escenarios de Zúrich, en Suiza, y Hamburgo, en Alemania, donde conmovieron un público con fama de ser extremadamente sobrio, la Orquesta Sinfónica Juvenil de Caracas (OSJC), dirigida por el maestro Dietrich Paredes, debutó la noche del pasado jueves 6 de noviembre en el prestigioso teatro Cité de la musique (Ciudad de la música) de París.

El célebre espacio que funcionó como una suerte de yunque sobre el que las muchachas y muchachos venezolanos volvieron a imprimir en el corazón de la audiencia la particular impronta del Sistema fundado hace casi 40 años por José Antonio Abreu.

ADEREZO LATINO

El repertorio preparado para esta ocasión tuvo un gustoso aderezo latinoamericano, no solo por la presencia de Sensemayá, obra del mexicano Silvestre Revueltas, inspirada en la creación literaria homónima del poeta cubano Nicolás Guillén, sino por la magnifica y muy ovacionada intervención del solista Edicson Ruiz en el Concierto No 1 para contrabajo y orquesta, de Rolf Martinsson, compuesto en 2011 especialmente para el primer contrabajista de la Filarmónica de Oslo, Dan Styffe y modificado por Ruiz, quien lleva más de un año haciendo suya la pieza que ha presentado en las más luminosas salas del mundo.

A partir de su experiencia como instrumentista, enriquecida con profundas investigaciones que ha desarrollado sobre el contrabajo desde que se convirtió en el becario más joven de la Filarmónica de Berlín y el primer latinoamericao en esa organización europea a los 17 años de edad, Ruiz le propuso a Martisson cambiar la afinación usual del contrabajo en su función de acompañante dentro de una orquesta. El cambio busca que el instrumento pudiera brillar con mayor intensidad en su rol de solista dentro de esta obra.

LOS CAMBIOS MÁGICOS

En conversación con medios de comunicación social venezolanos, Ruiz explicó que cuando recibió por primera vez la partitura del concierto, para estrenarlo en Goteburgo, Suecia, se dio cuenta que la obra esta escrita con un registro que implicaba tocar fuera del diapasón (contra el que se pisan las cuerdas), “Y eso producía un sonido muy falso, era como decir una mentira”, ilustró.

Por otra parte, la composición exigía una afinación para contrabajo acompañante (Sol, Re, La, Mi) que el músico caraqueño sugirió cambiar por  la que se usa para el instrumento cuando está como solista (Si bemol, Fa, Do Sol), “para que pueda proyectar su sonido junto con el de la orquesta”, aclaró.

Al darse cuenta de estas debilidades le sugirió al compositor hacer algunos cambios que dieron como resultado “una segunda versión que en esqueleto musculatura, e incluso en el sistema nervioso, es el mismo concierto, pero con otra sangre. Fue un ajuste, es lo mismo solo que con colores diferentes que no estaban antes y el contrabajo proyecta con la orquestas. A obra se caracteriza por tener pasajes agudos, vertiginosos y hasta algo incomodos, en el registro meas agudo del instrumento, pero son tocables”, describió.

CONSAGRACIÓN CON GUSTO CRIOLLO

Luego de esas dos piezas casi desconocidas para el público parisino, la OSJC, guiados por Paredes, se atrevieron a tocar, con el característico sabor latinoamericano que le imprimen a sus interpretaciones, nada menos que La consagración de la primavera,  tema del ruso Ígor Stravinski,

Esta obra escogida en esta oportunidad como la guinda del recital, tiene prácticamente la doble nacionalidad compartida con la francesa desde su estreno en París hace 101.

Y al contrario de aquel entonces, cuando la Consagración de la primavera generó una gran polémica por sus revolucionarias características rítmicas tímbricas y armónicas, en esta oportunidad provocó una estruendosa ovación de casi 10 minutos.

PÚBLICO DE LUJO

Dentro del público asistente a este recital grabado por Radio France para su posterior difusión pública, se encontraban, a parte del maestro José Antoni Abreu, personalidades como el poeta y embajador de Venezuela ante la Unesco, Luis Alberto Crespo, el maestro Carlos Cruz-Diez y el director del Conservatorio Nacional Superior de Música y Danza de París, el compositor y director Bruno Montaviani.

Instantes antes del concierto que finalmente lo dejó “sumamente feliz”, el reconocido artista plástico alabó la labor del maestro José Antonio concentrada en “recuperar socialmente a la juventud” y reveló que era un gran seguidor de las orquestas del Sistema, a las que ve cada vez que vistan París o cuando él va a Caracas.

“El hecho de participar en una orquesta te da la noción de que necesitas de tus semejantes para existir, eso es fundamental. Esa noción se enseña con esta iniciativa por medio de la música y eso va a modificar toda una generación. Por eso es tan importante el Sistema de Orquestas, eso va a seguir, la obra de José Antonio va a tener cada vez mas trascendencia sigue in crescendo”, declaró Cruz-Diez.

EN LA UNIÓN ESTÁ EL SONIDO

Montaviani consideró que, si bien las piezas incluidas en el repertorio eran muy diferentes una de otra, dos de ellas prácticamente desconocidas en París y la última “prácticamente francesa”, todas tuvieron “muy alta calidad” de interpretación.

En cuanto al nivel de preparación de la orquesta juvenil venezolana, el director, que visitará Caracas para dirigir a la Simón Bolívar de Venezuela en diciembre, lo consideró muy alto e incluso “increíble” teniendo en cuenta las corta edad de la mayoría de los integrantes.

“Por ejemplo, con la Consagración de la primavera el año pasado escuchamos muchas versiones de orquestas internacionales y de acá de Francia por el centenario de la obra y esta fue una versión que no se compara” comentó.

En cuanto al funcionamiento del Sistema Nacional de Orquestas y Coros Infantiles y Juveniles de Venezuela, músico galo señaló que, a su juicio, uno de los resultados más positivos, desde el punto de vista interpretativo, es la noción de cohesión que inculca en los componentes de las agrupaciones.

“En Francia la educación musical es mas individualista. Por el contrario, en Venezuela es más colectiva. Y el resultado que produce es difícil de tener en Francia. Acá tenemos muy buenas orquestas, y excelentes instrumentistas, por supuesto, pero ver ese sentido del colectivo es y difícil de encontrar en Acá”, comparó.

T/ Luis Jesús González Cova
F/ Cortesía Nohely Oliveros -Fundamusical Bolívar