La atleta aspira ser presidenta de la FVE|“Sueño con mayores oportunidades para los jóvenes que practican la esgrima”

La vida ajetreada de Alejandra Beníntez tiene miles de propósitos. Clasificar a sus terceros Juegos Olímpicos no es suficiente para que la sablista se concentre en un solo objetivo.

La criolla no deja de pensar en los proyectos que desde hace años prepara en pro de la comunidad deportiva venezolana; de hecho, su candidatura a la Asamblea Nacional hace año y medio no fue producto de la casualidad.

En la actualidad, la preparación para Londres 2012 es prioridad; sin embargo, después de la cita mundial se trazó un camino claro: ir por la presidencia de la Federación Venezolana de Esgrima (FVE), la cual está acéfala por la intervención del Ministerio del Poder Popular Para el Deporte (Min-Deporte).

“Es una decisión, porque pienso que llegó el momento de trabajar por las generaciones que vienen. También sueño con un país que haga deporte, que lo tome como parte de su vida”, dijo Benítez.

La esgrimista se lanzará como candidata en las próximas elecciones de la FVE, con un plan de desarrollo que ya tiene bajo su brazo.

Antes de clasificar en Chile, pasó por Portland y Francia, lugares en los cuales cumplió con una extensa agenda de entrenamientos. Luego de lograr su objetivo olímpico, estuvo unos días en el país, antes de viajar nuevamente a Europa para participar en tres torneos internacionales previos a Londres 2012.

Su misión es escalar posiciones en el ranking internacional para no enfrentar en las primeras instancias a las máximas favoritas del sable, en los Olímpicos.

-¿Por qué decidió entrenar en Francia?

-Porque decidí cambiar mi trabajo técnico desde 2009. En tiempos anteriores, aunque hubo logros importantes en los Juegos Bolivarianos y Suramericanos, ya no eran suficiente para medir mi nivel, porque buscaba escalar mundialmente. Me estresaba ver que en el ranking mundial estaba descendiendo. Quería buscar el cupo olímpico por ranking, pero no se dio, por ello busqué otras ayudas.

-¿Cuáles fueron esas ayudas?

-Comencé a trabajar con un sicólogo. Mejoré la preparación física. Trabajé con un staff de entrenamiento, entre otros.

-¿Fue lo mejor ir a Francia?

-Pienso que sí, fue lo ideal, porque estar en un país europeo que está cercano a las sedes en las cuales se hacen las copas del mundo me facilitó los traslados hacia esas competencias. La esgrima francesa tiene una gran calidad, eso me ayudó a conseguir un mejor nivel competitivo, porque estaba cerca de las mejores del mundo.

-¿Hubo presión antes del Preolímpico?

-Mucha. Hay otras cosas detrás de Alejandra Benítez, como lo es un trabajo político que no todos comparten. Igual lo asumo con mucha responsabilidad. Para poder clasificar tuve que tener un alto grado de concentración.

-¿En qué mejoró su estado físico?

-Comencé a prestarle atención a la alimentación y trabajé ejercicios específicos para la esgrima, esta vez con mayor énfasis. Hubo trabajos de velocidad, ritmo, coordinación. Mucho equilibrio, en los que se incluyen trabajos de piernas y resistencia, porque en la modalidad que estoy se necesita mucha explosión. Fueron trabajos específicos.

-¿Y en la técnica?

-Me centré en pensar qué es lo que me gusta. He trabajado con instructores italianos, franceses, húngaros y casi siempre la escuela que practico es la francesa, sin embargo, habían cosas que no me gustaban. Vi mis vídeos para observar las fallas que tenía en el manejo de la mano, por ejemplo. Empecé a ver copias de personas que tienen la mano rápida, los estudiaba y así he tratado de mejorar.

-¿Qué logró con sus prácticas cuando se fue a Portland?

-Trabajar con la mejor sablista del mundo. Ella tiene una mano muy veloz. Al llegar allá entendí la esgrima polaca, la cual adicioné a mi técnica y táctica. Esto me ha ayudado a practicar el estilo de esgrima con el que me sienta mejor.

-¿Cómo se preparó en la parte sicológica?

-Trabajo con un sicólogo reconocido en España, como lo es Ricardo De La Vega. Las sesiones me han ayudado a controlar los nervios y el “monstruo” de la presión. Hacer que el estrés competitivo también se sienta en el entrenamiento.

-¿La preparación sicológica le ha ayudado a asumir de una mejor manera la competencia?

-Bastante, ahora estamos trabajando en tareas, porque todos llegamos con la mentalidad de ganar. Pero para hacerlo hay que evaluar cómo lo vamos a lograr; incluso, lo anoto en una hoja, la cual los muchachos llaman la “hojita mágica”. Allí escribo lo que funciona y lo que no. Eso me ha ayudado a tener un mejor resultado en los torneos a los que he asistido últimamente.

-¿Ha visto los resultados?

-Durante los Juegos Panamericanos Guadalajara 2011 todos me preguntaban cuál era mi expectativa, cosa que a mí no me gusta responder porque soy de las que piensan que cualquier atleta te puede ganar y más en esas competencias. Previo a mi participación en la justa, vi como la disciplina iba a ser transmitida para todo el país y eso me generó mucha presión, porque pensaba que todo el país iba a estar pendiente de mí. Eso hizo que se combinara la presión con el deseo de ganar y allí empezó mi planificación camino a la medalla. Más adelante me di cuenta de que disfruté el torneo y terminé haciéndolo bien.

-¿Qué crees que harás en Londres?

-En Londres yo voy a presentar mi mejor esgrima, porque son mis terceros y últimos Juegos Olímpicos.

¿Cuál es la diferencia de los tres Juegos Olímpicos en los cuáles ha participado?

-Llegar a Atenas 2004 puedo decir que fue una especie de sueño cumplido. Tenía mucha inocencia. Las de Beijing 2008 las asumí con mucho ímpetu. Tenía deseo de ganar, pero no tenía la madurez para lograrlo, además, a mi alrededor habían otras 60 competidoras que tenían el mismo sueño. Ahora en Londres 2012 llego con mucho trabajo, mayor estrés y mayor madurez, pero, a diferencia de hace ochos años, ahora el nivel competitivo creció y el sistema de clasificación fue muy duro.

-¿Hasta dónde crees que pueda llegar Venezuela en estos juegos?

-Hay mucha esperanza en la espada masculina. Yo confío en Silvio Fernández, porque tiene mucha experiencia, y en Rubén Limardo, porque es un muchacho con mucho carácter. Él se crece en los grandes torneos. Creo que la esgrima venezolana se reduce a ellos dos. Aunque todos tienen el mismo nivel y allí puede pasar cualquier cosa.

-¿Siente presión por no llegar en su mejor momento?

-Sí, porque entre más bajo esté en el ranking, más duro me tocará contra los que están arriba. Por ello vamos en busca de más puntos que me permitan estar mejor ubicada. Ya tenemos que pensar en las llaves que nos van a tocar en los Juegos Olímpicos.

-¿Una vez terminados los Olímpicos que piensa hacer?

-Luchar por ser la presidenta de la Federación Venezolana de Esgrima. Sueño con mayores oportunidades para los jóvenes que practican la esgrima. Nosotros, los atletas de mi generación, tuvimos que buscar apoyo. Fuimos médicos, dirigentes, entrenadores, sicólogos, agentes de viajes, entre otras cosas. Tenemos la experiencia de otras delegaciones que llegan a un sitio y tienen todo planificado, por eso quiero que eso cambie en mi país y queremos darle esa oportunidad a la generación de relevo.

-¿Cómo catalogas a la generación de relevo?

-Tenemos una generación de relevo muy talentosa. Contamos con unos jóvenes que si los comparamos con nosotros, a esa edad, pueden llegar a ser iguales o mejores que nosotros; lo que sucede es que algunos se están retirando antes de tiempo, porque los que estamos arriba, los trancamos durante muchos años. Además, a ellos no los prepararon como a nosotros por problemas logísticos. Cuando alguien se atreva a creer en ellos, la esgrima en el país mejorará y dará mejores resultados.

-¿Crees que los grupos élites, los que siempre son primeros en sus categorías, estén afectando el desarrollo del relevo de otras disciplinas?

-Sí, en todas las disciplinas está sucediendo. Hay una generación muy buena abajo y está siendo obstruida por los grupos mayores. Hace falta que miren hacia abajo y con organización. Hay que saber manejar a los atletas y presentarlos como un ejemplo para la sociedad.

-¿Qué propone usted para que eso se dé?

-Hace falta un liderazgo que verdaderamente ame el deporte. Queremos que el deporte esté ligado a la cultura. Queremos que el deporte esté de moda y que se practique a toda hora. Si hacemos el deporte en los barrios de manera organizada, lograremos que los padres lleven a los hijos a las prácticas en lugar de colocarlos a ver televisión. Queremos que los niños vayan del colegio a hacer deporte o cualquier actividad recreativa. Hay mil manera de ocupar el ocio, hace falta mucho trabajo.

¿Qué le gustaría hacer por el deporte?

-Quiero hacer mi trabajo en la parroquia Antímano de Caracas. Allí empezaré a aplicar programas con las comunidades. Dentro de ella quisiera crear un centro piloto, como un minicentro deportivo, para que los jóvenes sean tratados como en un club. Allí recibirían sus horarios y todos sus materiales deportivos.

-¿Tiene alguna referencia de un sistema parecido?

-Creo que el mejor ejemplo es el Sistema Nacional de Orquestas Sinfónicas. Si logramos eso, haremos que los niños aprendan en el mismo barrio.

-¿Cómo piensa usted que se puede lograr?

-Se crearían ligas dentro de la parroquia. Cuando logres engranar toda una comunidad, sabrás que se puede aplicar en toda una entidad regional y luego en todo el país. Quiero esto porque son muchas las ganas que tengo de ver los cambios en mi país, por ello quiero empezar en un espacio pequeño para ir adquiriendo experiencia.

-¿Incluiría la esgrima en ese programa?

-Quiero crear el programa Esgrima para Todos, para que participen niños desde los 5 años hasta los adultos mayores. Todos verán una esgrima recreativa. Posteriormente, si quieren y son buenos, serán evaluados en el alto rendimiento. Recordemos que la esgrima es una herramienta para los niños de manera cognoscitiva muy buena. La edad buena para empezar en este deporte es cuando los niños comienzan a escribir, allí ellos sabrán los toques y los movimientos en la pedana. Además para comenzar solo se necesita de un piso y las ganas, lo demás se puede lograr con gerencia.

«HACE FALTA MAYOR SENSIBILIDAD EN EL PAÍS»

La sablista fue candidata a la Asamblea Nacional. La experiencia le sirvió para conocer con mayor profundidad las necesidades que muchas personas tienen en las comunidades, lo que fue una especie de lección política.

-¿Qué experiencia le dejó la campaña?

-Concluí que hay mucho por hacer. Hay muchas personas con necesidad de ser escuchados, abrazados. Muchos solo necesitan una sonrisa. Hace falta mayor sensibilidad en el país. Esto me gusta, porque creo que lo heredé de mi familia. También me enseñó que hay que vivir otra realidades, como lo es andar en el Metro, en camioneta, comer empanadas en la esquina, hablar con la gente. Tenemos que valorar la vida, el poder levantarte, el respirar, entre tantas cosas

-¿Que fue lo que más te gustó?

-El poder conocer al Presidente como persona. Verlo como humano, palpar las cosas desde esa óptica. Pude darme cuenta de que yo no sigo a un partido político, sino a la figura del presidente Hugo Chávez .

¿Qué fue lo que más te impactó del presidente Chávez?

-Me impresionó lo que hizo en la vaguada, en plena campaña para la Asamblea Nacional. Allí él nunca se cansaba y me llamaba a cada rato para preguntarme como estaba la gente de Antímano. Recuerdo que me decía: “Alejandra, avisa lo que necesite esa gente”. Recuerdo que en un reunión lo llamaron para explicarle una problemática y él dijo: “Busquen las casas como sea”. Allí vi que no le importaba lo que se gastará con tal de que el pueblo estuviera tranquilo y con un techo digno.

-¿Pertenece usted al frente de atletas retirados?

-Si lo hay desde hace rato. Somos atletas que luchan por el colectivo, que son quienes asumieron el problema de la ley del deporte.

-¿Cuál es el objetivo de ese grupo?

-Abrir el compás a la participación de todos dentro del deporte. Hay que guiar y decirles cuál es el sentido de los atletas dentro de la sociedad, que ellos deben ir a las charlas, foros en las escuelas y de que estén en los eventos con la gente. Que sean parte de las personas comunes. Siempre existirá un espacio para que los atletas le digan a la sociedad de dónde son y qué hacen, porque tenemos una gran diversidad.

Texto/A. Carmona y J. Jaramillo
Foto/Héctor Rattia