Una nueva edición de carreras de carritos Ymca se efectuó ayer en un tramo de la avenida Universidad, con 57 participantes que llegaron desde distintos lugares de Caracas.
Los pequeños estaban acompañados de sus familiares, muchos de ellos ayudantes en la construcción casera de unos carritos que no tienen motor ni pedales.
Las carreras se efectuaron entre las esquinas Corazón de Jesús a Monroy, para aprovechar una bajada que les permite a los carros tomar velocidad y, de acuerdo a la gravedad, desarrollar mayor rapidez.
“Mi papá y yo pudimos hacer un buen carro. La clave para ganar estas carreras es tener un buen impulso y agacharse para que el viento no pegue en nuestra cara y, por ende, no corte velocidad cuando vaya bajando”, puntualizó el piloto Rider Burguillos.
TRADICIÓN
La jornada de ayer le dio continuidad a una tradición creada en la década de los 50 del siglo XX por el estadounidense Claire Jhonson y que se ha mantenido hasta ahora por distintas generaciones.
“Este es un evento familiar, porque en la construcción del carro se involucran los niños y sus padres. Lo que queremos es que estas jornadas no se pierdan”, destacó Hernán Romero, uno de los fundadores de estas competencias en el país.
Romero informó que gracias a estas actividades, muchos niños se han formado como hombres de bien, gracias al espíritu cooperativo con el que laboran.