Para Pablo Montoya, el escritor colombiano galardonado con la reciente edición del Premio Internacional de Novela Rómulo Gallegos por su texto Tríptico de la infamia, “la poesía es verdaderamente el motor de la literatura”.
“El aporte fundamental en la literatura viene en la construcción y en el manejo de la lengua. Yo me he preocupado por escribir una prosa que esté afincada profundamente en la poesía”, aseguró el autor, que confiesa que lo que ha buscado es “enraizar la escritura narrativa en el campo de la poesía”.
En un encuentro con los medios, Montoya aseguró que en sus novelas y sus cuentos, ha apostado a mostrar la figura de los artistas: “yo creo que le he apostado un poco a mostrar qué pasa con los artistas en las sociedades turbulentas”, tal y como lo hacen los pintores protagonistas de Tríptico de la infamia.
En ese sentido, recordó que la novela premiada cuenta la historia de tres pintores que tienen varias coincidencias: son protestantes, europeos, franceses tienen un vínculo con las guerras de religión y fueron exiliados y perseguidos por acciones religiosas. Aseguró que aunque los protagonistas son europeos, “hay un contorno americanista muy fuerte”.
Montoya confesó que Tríptico de la infamia es una novela en la que comenzó a pensar desde 1995, y en 2012, su esposa Alejandra, le sugirió presentar el proyecto en una beca de Medellín, que ganó y entonces escribió en cuatro meses, la primera versión del texto.
Montoya recibirá el prestigioso galardón este domingo 2 de agosto, en un acto en el Celarg.
UN RETO
El autor colombiano manifestó que “los escritores que asumimos el reto de tomar el pasado y reproducirlo o recrearlo en la literatura, tenemos ese reto importante de qué es lo que vamos a descubrir o a revelar de las letras”.
“Yo por mi parte he pensado, como lector de novelas históricas, que debo mostrar esas figuras desconocidas, esos paisajes de alguna manera ignorados y que la imaginación literaria debe recrear de la mejor manera”, señaló el autor quien considera que la novela histórica ha sido una de las maneras que ha tenido el pueblo de América para descubrir el pasado y comprender mejor el presente.
Montoya afirmó que luego de leer varias novelas históricas sobre el siglo XVI y otras épocas se dio cuenta de que tanto en Europa como en otros países “la tendencia era registrar la conquista de América desde la perspectiva de los principales protagonistas que fueron los guerreros”, lo cual considera que ha dado perfiles que si bien critican ciertos aspectos de la conquista, también celebran algunos aspectos de esta.
“A mí me pareció fundamental mostrar otra perspectiva que es la de los artistas. Creo que el jurado cuando decidió darme el premio por la novela partió desde esa base”, señaló.
Al iniciar sus palabras, ayer el escritor agradeció al pueblo venezolano por la “fraternidad, la calidez humana y la lealtad”.
En el encuentro Pablo Montoya estuvo acompañado por la viceministra de Cultura para el Desarrollo Humano, Giordana García; el presidente del Celarg, Roberto Hernández Montoya y la directora ejecutiva de la institución, Maryclen Stelling.
SORPRENDIDO
El autor reiteró que el Premio Rómulo Gallegos por su novela Tríptico de la infamia fue algo “inesperado”, pero que ha recibido “con mucho entusiasmo, con mucha alegría” y en principio “con mucho asombro”, “pero poco a poco he asimilado la magnitud de este premio”.
Comentó que desde que supo la noticia ha cambiado su vida cotidiana, pues debe atender entrevistas y cumplir con compromisos internacionales a propósito del premio.
“La visibilidad ha sido algo que me ha inquietado mucho porque yo he sido escritor oculto y he delinquido la invisibilidad”, señaló el artista.
El autor también manifestó que a su parecer el Rómulo Gallegos es un premio de “gran prestigio” pues considera que no guarda vínculo con lo comercial.
“Yo he sido bastante crítico con los premios comerciales y con las editoriales comerciales. He sido muy fuerte y me llegó este premio que me parece que tiene esa condición que lo hace prestigioso. Pienso que el premio tampoco es político, porque no he tenido presencia en los debates políticos. Creo que es un premio que ha tenido una función literaria”, admitió.
“De alguna manera este premio me ha puesto un zapato en la boca en el sentido de que yo he sido muy crítico de esos grandes premios comerciales”, destacó.
DE LA MANO DE MAMÁ
Al rememorar sobre sus inicios como lector, Montoya confesó que es hijo “de una madre madura” que lo tuvo a los 43 años, luego de haber tenido nueve hijos y antes de tener “otros tantos” y cuando él tenía unos seis o siete años, ella entró en el momento de la menopausia.
“Ella hacía siestas para reposar y con la menopausia se le fue ese gran paraíso de hacer siestas. Entonces comenzó a leer en esas tardes eternas para ella. Yo cuando llegaba de la escuela tenía la imagen muy hermosa, que siempre me ha acompañado, de ver a una mujer ya a los 50 años, con el pelo ceniciento en una poltrona leyendo libros”, contó.
Asimismo, narró que fue su madre quien le compró sus primeros libros, que formaban parte de una colección de clásicos que se publicaban cada semana como parte de una campaña de masificación del libro en Colombia.
“En mi casa no hubo una gran biblioteca, pero hubo los libros necesarios para que yo comenzara a ser un buen lector”, destacó.
“Cuando yo comencé a leer sentí como si se hubiese caído un velo: el velo de la ingenuidad, de la ignorancia, el velo arcaico de la infancia. Cuando comencé a leer sentí que se abría un nuevo panorama, un nuevo mundo, un nuevo universo”, enfatizó.
PACIFISTA
Montoya manifestó que también ha escrito sobre Colombia y en su novela anterior, llamada Los derrotados ilustra la continuidad del conflicto colombiano.
“Yo no me he ausentado de la preocupación como colombiano del problema, que de hecho es un problema fundacional de la narrativa latinoamericana, que es la violencia”, señaló.
“Yo soy una persona que apoya el proceso de paz del presidente Santos. Bajo ninguna perspectiva soy un defensor de las guerras. Yo soy un pacifista convencido”, confesó.
COMPRAR UNA CASITA
El escritor Pablo Montoya, quien es profesor de la Universidad de Antioquia, contó que con los 100.000 dólares que recibirá por ser ganador del Premio Internacional de Novela Rómulo Gallegos va “a comprar una casita en el campo o un apartamento en Medellín “y “dejar de pagar el arrendamiento”.
DE MONTE ÁVILA EDITORES
La novela Tríptico de la infamia, de Pablo Montoya, fue editada por Monte Ávila Editores, el Centro de Estudios Latinoamericanos Rómulo Gallegos (Celarg) y el Banco Central de Venezuela (BCV). Está previsto que la novela esté disponible próximamente en la Feria del Libro de Caracas y en la Librería del Sur del Celarg.
LECTURA
La viceministra de Cultura para el Desarrollo Humano, Giordana García, informó que a propósito de conmemorarse un año más del nacimiento de Rómulo Gallegos, este domingo 2 de agosto en la mañana habrá lecturas colectivas de la obra del autor venezolano en las plazas del país.