Por César Méndez González|Paciencia y conciencia venezolana (Opinión)

Está comprobado, y así lo testifican múltiples encuestas y especialistas en la materia, que la sociedad venezolana en su conjunto se caracteriza por su actitud alegre y positiva ante la vida, a pesar de los retos y dificultades que impone la dinámica del mundo de hoy y otros elementos presentes en el quehacer rutinario de los pueblos, tales como: la discriminación, la desigualdad, la injusticia, la impunidad, pero sobre todo el atropello de países poderosos contra los más débiles.

Organizaciones y grupos de investigación como la Unesco, a través de su Informe Anual Mundial de la Felicidad y la New Economics Foundation (NEF, por sus siglas en inglés), publican periódicamente el llamado Índice del Planeta Feliz (Happy Planet Index), que resume con base en parámetros como: bienestar, convivencia con el medio ambiente, expectativas de vida, solvencia y estado económico, la felicidad, desarrollo ambiental y humano de un país.

En los últimos años la República Bolivariana de Venezuela aparece reiteradamente clasificada en los primeros lugares a escala mundial, dentro de dicho Índice.

Considerando esta situación se puede deducir que la actitud ante la vida, sumada a la conciencia política y democrática adquirida y desarrollada durante los últimos tres lustros, es producto de las mejoras que, a nivel social y de libertades individuales y colectivas, ha tenido el pueblo venezolano.

En las últimas semanas se desató, por razones políticas, una atroz arremetida contra Venezuela y su Gobierno legítimamente electo por las venezolanas y los venezolanos, tratando de alterar la paz y tranquilidad del país.

Sin embargo, a pesar de la violencia generada en algunos puntos de la geografía nacional, no superior al 2% del territorio y donde, casualmente, los gobiernos locales están en manos de partidos opositores al proceso bolivariano, la gran mayoría del país siguió su marcha, ignorando a quienes, con apoyo extranjero, pretenden alcanzar el poder político a través de la violencia, fuera de las normas y sistema democrático establecido.

Los gobiernos de la Región Suramericana y Caribeña son solidarios con el Gobierno Bolivariano en su lucha contra la violencia generada por grupos ultraderechistas.

Esto se refleja en los comunicados de la Celac, Unasur y ALBA, sin contar los apoyos mayoritarios en la Organización de las Naciones Unidas(ONU) y específicamente en la Organización de Estados Americanos (OEA), donde 29 de los 31 países miembros votaron a favor de las acciones del Gobierno que dirige el presidente Nicolás Maduro, mientras apenas tres gobiernos (Estados Unidos, Panamá y Canadá) apoyan a grupos violentos que atentan contra la paz en Venezuela y la estabilidad de un Gobierno respetuoso de los derechos humanos y de la democracia participativa.

El Gobierno y pueblo revolucionarios de Venezuela han enfrentado con prudencia y dignidad los embates de sectores violentos, nacionales y extranjeros, demostrando paciencia y sentido democrático en la conducción del país y fortaleciendo los valores que orientan el proceso bolivariano, tales como la solidaridad, la alegría, el respeto, la tolerancia, el amor y la paz.

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