Pintor criollo y mago del color | Paisajismo venezolano tiene en el pincel de Trino Orozco uno de sus principales baluartes

El paisajismo rural en la pintura venezolana tiene en el pincel de Trino Orozco,  uno de sus principales cómplices y baluartes.
Este pintor criollo, mago del color en el paisajismo rural, nació en Humocaro Alto, en el estado Lara, en 1915.

A los 11 años de edad fue enviado por sus padres a Barquisimeto para estudiar en el Seminario Divina Pastora. Cuatro años más tarde abandonó el seminario y viajó a Caracas a estudiar lo que realmente le apasionaba: la pintura.

Ingresó a la Escuela de Artes Plásticas de la capital venezolana. Allí vio clases de paisajismo con Rafael Monasterio, uno de los pintores venezolanos más sobresalientes de principios del siglo XX.

También tomó clases de Naturaleza Muerta con el maestro Marco Castillo. Incursionó, incluso, en la escultura con los maestros Cruz Álvarez García y Lorenzo González.

En 1932 se residenció en Valencia, en la capital del estado Carabobo. Allí se dedicó de lleno a la pintura al aire libre y al paisajismo. Mostró su primera exposición individual. En esta ciudad incursionó en el estudio de la acuarela.

Un año más tarde de haber llegado a Valencia probó en el área de la restauración de murales, comenzando por las obras del Museo José Antonio Páez de la capital carabobeña.

En la década de 1930 regresó a su pueblo, Humocaro Alto, luego se radicó en Carora. Allí se nutrió de las ideas renovadoras del periodista y escritor Cecilio Zubillaga Perera, uno de los intelectuales venezolanos más destacados de aquel tiempo.

En esta última ciudad abrió una escuela de pintura, que se centraba en difundir temáticas sociales. Entre la década de 1940 y 1950 regresó a Caracas para perfeccionar sus estilos como pintor expresionista. Luego viajó a París, Madrid, Nueva York y Cuba.

A su regreso de Europa, EEUU y otros países de América Latina se residenció en Barquisimeto. El portal de la Galería de Arte Nacional (GAN) destaca que Trino Orozco trabajó en diversas técnicas de la pintura, especialmente el dibujo al óleo.

Combinó el color del dibujo con el chimó sepia. Tuvo predilección por temas paisajísticos locales, también incursionó en la temática onírica y religiosa.

Entre sus obras más emblemáticas destacan Mercado San Jacinto (1950), un óleo sobre cartón piedra; Paisaje (1973), óleo sobre tela y otra serie de obras que forman parte de las colecciones permanentes de las sedes de los círculos militares de Caracas y Barquisimeto.

Sus obras también pueden apreciarse en los espacios del Concejo Municipal de Libertador, en Caracas; en la iglesia de Humocaro Alto, su pueblo natal, así como en la residencia presidencial La Casona de Caracas.

Trino Orozco participó en más de una decena de exposiciones individuales en Caracas, Barquisimeto, Valencia, Cumaná, Porlamar, Maracay y Acarigua, entre otras ciudades venezolanas.

Obtuvo diversos premios, entre los cuales destaca la Paleta de Oro en el VII Salón Anual Sala Armando Reverón de Caracas, en 1971.
Este 9 de enero se cumplen 101 años del nacimiento de este gran pintor venezolano.

Texto/AVN
Foto/Archivo