Las autoridades palestinas rechazaron este domingo un informe del gobierno israelí, según el cual su ejército no tomó intencionadamente como blanco a ningún civil durante el conflicto del verano de 2014 en Gaza, que mató a casi 2.200 palestinos, en su mayoría civiles según la ONU.
«La decisión israelí de negar haber apuntado contra civiles en Gaza es la consecuencia lógica de lo que Israel ha hecho en la franja de Gaza», declaró Ehab Bseiso, portavoz del gobierno de unidad palestino desde Ramala. Por eso, añadió el portavoz, el informe «no cambia nada en cuanto a nuestra posición, que es reclamar una investigación internacional».
El informe salió a pocos días de que salga el que está elaborando el Consejo de Derechos Humanos de las Naciones Unidas. El informe israelí rechaza las acusaciones de que ellos sean los responsables de crímenes de guerra durante la ofensiva en Gaza en el 2014 y acusan a Hamas de ser quienes cometieron esos crímenes y violaciones al derecho internacional.
El informe, que consta de 227 páginas y no se ha entregado para su revisión al Consejo de Derechos Humanos de la ONU, da cuenta de los acontecimientos que condujeron a la Operación de Protección de Borde, y los supuestos ataques que han sido lanzados desde Gaza desde el año 2000, incluyendo más de 15.000 cohetes y proyectiles de mortero que han sido disparados contra Israel desde ese momento. Una gran parte del informe se dedica a Hamas y otros grupos que combaten en Gaza, e incluye la inteligencia desclasificada, lo que demuestra, según Israel, que la estrategia de Hamas era para seguir luchando en zonas urbanas pobladas y utilizar a la población local de Gaza como escudos humanos.
El informe plantea que los ‘incidentes’ en los que murieron civiles era porque los activistas de Hamas pretendían ser civiles, y enumera ejemplos de puestos de mando de Hamas en los hogares de los civiles, el uso de las mezquitas como puestos de francotiradores, y el uso de las escuelas para almacenar armas. El informe menciona incluso casos en los que Hamas obligó a los civiles de ignorar las advertencias de las FDI y permanecer en las proximidades de la lucha. «Estas actividades de grupos terroristas constituyen crímenes de guerra, crímenes contra la humanidad y violaciones graves del derecho internacional», decía el informe.
Otra parte del informe proporciona detalles sobre los esfuerzos de la IDF para limitar las bajas civiles y actuar dentro de los límites del derecho internacional a lo largo de los combates. Por ejemplo, el informe incluye documentos internos de las FDI que detallan el proceso que se utiliza para seleccionar los objetivos, que incluían una amplia contribución de los juristas en la definición de objetivos militares legítimos. El informe también detalla los esfuerzos humanitarios de Israel, incluyendo el envío de cargamentos de alimentos y suministros médicos a Gaza a lo largo de los combates.
El informe destacó que el 44 por ciento de las bajas palestinas participaron en los combates, y una cantidad adicional de personas muertas son sospechosos de haber participado en la batalla, pero no se puede probar.