Asamblea General de la ONU|Papa Francisco instó a organismos financieros a «la no sumisión asfixiante» de países con sistemas crediticios

Con su característico español nativo, el papa Francisco dijo ante la Asamblea número 70 de la Organización de las Naciones Unidas (ONU) que todos “los organismos financieros internacionales han de velar por el desarrollo sostenible de los países y la no sumisión asfixiantes de éstos a sistemas crediticios que lejos de promover el progreso, someten a las poblaciones a mecanismos de mayor pobreza, exclusión y dependencia”.

El sumo pontífice cree que la experiencia “de estos 70 años, más allá de todo lo conseguido, muestra que la reforma y adaptación de los tiempos siempre es necesaria, progresando al objetivo último de conceder a todos los países, sin excepción, una participación y una incidencia real y equitativa en las decisiones”.

Considera que estas organizaciones financieras debe trabajar en pro a solucionar las verdaderas crisis económicas, “esto ayudará todo tipo de abuso o usura sobre todo con países en vía de desarrollo”.

LA ONU DEBE SER MÁS EFICAZ

El máximo representante de la Iglesia, justo antes de finalizar su discurso, subrayó que la ONU, “todos sus Estados miembros y cada uno de sus funcionarios rindan siempre un servicio eficaz a la humanidad, un servicio respetuoso para la diversidad, y que sepa potenciar para el bien común, lo mejor de cada pueblo y de cada ciudadano”.

Asimismo expresó “todo su apoyo y su oración” a la organización, siempre que el trabajo de las Naciones Unidas ─que puede perfeccionarse como toda obra humana─ sea “por un futuro seguro y feliz para las generaciones futuras, y lo será si los representantes de los Estados sabrán dejar de lado intereses sectoriales e ideologías, y buscar sinceramente el servicio del bien común”.

En su intervención, llena de reiterados aplausos, el papa citó un extracto del poema de su tierra natal, El gaucho Martín Fierro, con el que asomó su interés por alcanzar la paz internacional y la no «fragmentación social, que termina por enfrentarnos unos con otros para preservar los propios intereses». Recalcó: «Los hermanos sean unidos / porque esa es la ley primera / tengan unión  verdadera en cualquier tiempo que sea / porque si entre ellos pelean / los devoran los de afuera.

GUERRAS Y GUERRAS

Jorge Mario Bergoglio, a propósito de la guerra, manifestó que esta “es la negación de todos los derechos y una dramática destrucción del ambiente”, por lo que se debe trabajar considerablemente para acabar con los conflictos bélicos entre las naciones y los pueblos.

Además, fustigó otra de las guerras que, así lo cree, ha acabado con la vida de millones de personas: el narcotráfico de armas, la explotación infantil «y otras formas de corrupción que han penetrado distintos niveles de la vida social, política, militar, artística y religiosa, generando en muchos casos una estructura paralela que pone en riesgo la credibilidad de nuestras instituciones».

En la misma línea, dijo que «ningún individuo o grupo humano se puede considerar omnipotente, autorizado a pasar por encima de los derechos de las otras personas o grupos sociales». Igualmente el papa indicó que «si se quiere un verdadero desarrollo humano integral para todos, se debe continuar incansablemente con la tarea de evitar la guerra entre las naciones y los pueblos».

EXCLUSIÓN SOCIAL Y MEDIO AMBIENTE

«Cualquier daño al ambiente es un daño a la humanidad». Así lo subrayó el jefe de Estado del Vaticano, pues piensa que, aunque «el universo proviene de una decisión de amor que permite al hombre servirse respetuosamente de la creación para el bien de sus semejantes y para gloria del Creador», el hombre «no puede abusar de ella (la naturaleza), y mucho menos está autorizado a destruirla».

«La exclusión económica y social es una negación total de la fraternidad humana y un gravísimo atentado a los derechos humanos y al ambiente», sostuvo, y acotó que «los más pobres son los que más sufren estos atentados por un triple grave motivo: son descartados por la sociedad, son al mismo tiempo obligados a vivir del descarte, y deben injustamente sufrir las consecuencias del abuso del ambiente», lo que viene a conformar «la hoy tan difundida a inconscientemente consolidada cultura del descarte».

Francisco confía en que la Conferencia de París sobre el cambio climático «logre acuerdos fundamentales y eficaces», por ello alza su voz, comentó, junto a la de otros que «anhelan soluciones urgentes y efectivas», al ritmo que mencionó que la educación de los más pequeños, con miras al año 2030, es crucial para mejorar el ambiente.

Bergoglio piensa que «lamentable» de toda esta exclusión social y financiera por la que hoy atraviesa el planeta, deja como «triste consecuencia» «la trata de seres humanos, comercio de órganos y tejidos humanos, explotación sexual de niños y niñas, trabajo esclavo ─incluyendo la prostitución─, tráfico de drogas y armas, terrorismo y crimen internacional organizado».

Por ello, mencionó que «el mundo reclama de todos los gobernantes una voluntad efectiva, práctica, constante, de pasos contratos y medidas inmediatas, para preservar y mejorar el ambiente natural, y vencer, cuanto antes, el fenómeno de la exclusión social y económica».

UN SINFÍN DE DERECHOS Y LIBERTADES

Sobre la formación integral del ciudadano, expresó que debe impulsarse «el derecho a la educación ─también para las niñas, excluidas en algunas partes─ [aplausos], que se asegura con el derecho a la familia a educar y el derecho de las iglesias y de las agrupaciones sociales a sostener y colaborar con las familias en la colaboración de sus hijas e hijos».

Entre otros aspectos, resaltó que «los gobernantes han de hacer todo lo posible» a fin de mantener una «base material y espiritual, para ejercer su dignidad (la del hombre) y formar una familia», tomando en cuenta los siguientes puntos; en lo material: techo, trabajo y tierra; y en lo espiritual lo nombró: «libertad de espíritu, que compromete la libertad religiosa y todos los otros derechos cívicos».

De este modo, el sumo pontífice considera que en la agenda de la ONU debe estar trazado como meta «el acceso de todos los recursos materiales y espirituales indispensables» para cada persona: vivienda propia, trabajo digno ─y debidamente remunerado─, alimentación adecuada y agua potable, libertad religiosa y de educación; pues, todo esto, precisó, «tiene un fundamento común: el derecho a la vida, y más en general, el derecho a la existencia de la misma naturaleza humana».

T/Leonardo Bruzual Vásquez
F/Agencias-@PresidencialVen