El papa Francisco, el primer pontífice argentino y latinoamericano de la historia, recibió este martes en audiencia privada en el Vaticano a las selecciones absolutas de fútbol de Italia y Argentina.
Ante directivos y jugadores de ambos países, entre ellos el barcelonista Lio Messi, el papa Jorge Mario Bergoglio, exarzobispo de Buenos Aires y seguidor confeso del equipo argentino San Lorenzo de Almagro, pidió que se elimine toda muestra de «discriminación» en los estadios y que, aunque el fútbol se ha convertido en un negocio, no pierda nunca el carácter deportivo.
Este miércoles, ambos combinados disputarán en la ciudad de Roma un partido amistoso en honor al Sumo pontífice, en el contexto de una fecha FIFA (Federación Internacional de Fútbol Asociados).