El embajador de México ante la Santa Sede, Federico Ling Altamirano, explicó este lunes que el Sumo Pontífice Benedicto XVI viaja a México con el propósito de predicar el Evangelio y ninguna autoridad mexicana le pedirá que los ayude para luchar contra la violencia que azota al país.
«El papa no viene a condenar la violencia, ni a pedir una tregua a los narcotraficantes, viene a hablar de la Palabra de Dios y eso debiera ser suficiente para los mexicanos», agregó el embajador, que aseguró que «se vería mal» si hay una petición específica al respecto.
En una entrevista con motivo de la visita del papa Joseph Ratzinger a México, el embajador Ling Altamirano agregó que un llamamiento del Papa a los ciudadanos a superar los desafíos «puede ser más efectivo que cualquier condena».
Ling aseguró que «no está en las peticiones» de las autoridades de México pedirle que les «eche una mano para luchar contra la violencia» que golpea algunas zonas del país debido al narcotráfico.
El Papa visitará Guanajuato, una de las ciudades que más ha sido golpeada por la oleada de violencia que ha dejado más de 50 mil muertos en el país, tras el lanzamiento de una campaña militar contra los cárteles de la droga.
El embajador mexicano ante el Vaticano se mostró seguro de que el llamado al pueblo mexicano será «a levantar el ánimo y los corazones para superar los desafíos» y éste, sería más efectivo que cualquier tipo de condena.
Respecto a qué supone para México la visita, afirmó que es la ocasión para reiterar el compromiso con los valores del cristianismo, renovar la promesa de «México siempre fiel» y la vinculación con el Papa.
El embajador también señaló la disminución del número de católico en los últimos años, aunque subrayó que el 83 por ciento de la población mexicana sigue siendo católica.
Explicó que las relaciones entre México y la Santa Sede son muy buenas y recordó que este año se cumple el vigésimo aniversario del inicio de esas relaciones. Según afirmó el ambajador el trabajo de la delegación mexicana está «bien valorado» en el Vaticano.
Ling Altamirano aseguró que los mexicanos, «que siempre soñaron una visita de Benedicto XVI», le acogerán como al difunto Karol Wojtyla (Juan Pablo II), «de manera muy calurosa» y no dudarán en recorrer los kilómetros para verle.
Por su parte, el Gobierno mexicano aseguró el lunes que las medidas para garantizar la máxima seguridad de la visita han sido tomadas.
El Sumo Pontífice estará en México entre el 23 y el 26 de marzo, de allí partirá a Cuba, la otra escala de la segunda visita que realiza a América Latina, tras su viaje a Brasil hace cinco años.