Por Marcelo Barros|El papa y los pobres (Opinión)

Este domingo, Francisco, obispo de Roma, iniciará su segunda visita a América Latina. Ahora, el papa visitará Ecuador, Bolivia y Paraguay. En breve, visitará Cuba, antes de ir a los Estados Unidos. En ese país, políticos, empresarios y hasta cardenales han hecho presiones para que, en su encíclica sobre Ecología, Francisco no atacara al sistema social y económico que domina el mundo. Finalmente, la encíclica salió libre, poética y profética. Comienza por citar el Cántico de las Criaturas de San Francisco para confirmar: «La tierra, nuestra casa común es como una hermana con la cual compartimos la existencia y como madre que nos acoge en sus brazos» (n. 1). A partir de eso, invita todos a renovar el diálogo sobre cómo construir el futuro del planeta (n. 14).

La encíclica se organiza de acuerdo con el método latinoamericano de «ver, juzgar y actuar». Denuncia los cambios climáticos, tema de la reunión de la ONU en París (diciembre de este año). Describe la crisis del agua, la deforestación, la pérdida de biodiversidad e insiste: todo eso está vinculado a la desigualdad social y à la injusticia que domina el mundo (n 43- 48.)El capítulo 2, dedicado al «Evangelio de la Creación», muestra que ver la naturaleza como creaciónes leer en ella “el proyecto del amor de Dios» (n. 76).

El Papa trata de la Ecología desde la realidad social de los pobres. Denuncia «las raíces humanas de la crisis ecológica» (cap. III) y describe “principios de una «Ecología Integral» (cap. IV). Pide un «diálogo político y económico para la plenitud humana (n. 188), una educación y espiritualidad ecológica para profundizar el diálogo y la cooperación entre las diferentes religiones (n. 202) y plantea una “conversión ecológica»(n. 216).El sistema capitalista depredador de la naturaleza y asesino se presenta como cristiano. El papa muestra que la inspiración cristiana es otra. Vivir la fe es trabajar por la justicia y crecer en la solidaridad con todas las personas y con la naturaleza. La fe cristiana debe unir la Palabra bíblica, el libro de la creación y la sabiduría de los pueblos y de las religiones. La encíclica lanza las bases de una Ecología Integral que une los problemas ambientales a la urgencia de una justicia internacional para los pobres. Al iniciar y concluir su reflexión sobre el cuidado con nuestra casa común con un himno de alabanza a Dios, la encíclica nos llama a construir otra forma de organizar el mundo y vivir desde el cuidado amoroso con la naturaleza y unos con los otros, como camino de intimidad con el Espíritu Divino que «abarca todo el universo y está presente en toda criatura» (Sb 1,7).

irmarcelobarros@uol.com.br