Por Mariadela Villanueva|Parlamentarismo interruptus (Opinión)

A casi cinco meses de la instalación de la Asamblea Nacional (AN) resulta mas que evidente que las diputadas y los diputados de la oposición apátrida no llegaron allí para debatir ni para legislar sino para montar en esa trinchera gubernamental una farsa con visos de institucionalidad.

Llegaron para hacer ruido, para apoyar la guerra integral emprendida por los capos del capital-sionismo contra el chavismo. Pruebas de ello, su aparente desconocimiento de la Constitución de República Bolivariana de Venezuela; sus retorcidos proyectos de leyes; sus alianzas con la hez nacional e internacional; las destemplanzas del Presidente del Hemiciclo, viejo zorro político que no da puntada sin hilo, etc. Último capítulo del sainete “El Consejo Nacional Electoral sabotea el Referendo”

En este contexto no parece tener ningún sentido que las y los voceros del pueblo soberano inviertan tiempo y energía en responder a las provocaciones de la oposición, menos aun en exigirle seriedad y responsabilidad a representantes de intereses inconfesables, condicionados a alegar ante cualquier argumento Yo no sé, Yo no fui, Yo no dije, Yo no vi.

El debate interruptus con la Bancada adeco-burguesa y la consecuente imposibilidad orgánica de llegar a acuerdos esenciales para el país por vías parlamentarias regulares obligan a la Bancada de la Patria a comenzar a ejercer sus funciones mas fuera que dentro del recinto parlamentario. A trabajar en conjunto con el pueblo para defender tantos sus derechos como su soberanía. A utilizar sus experiencia política y sus conocimientos en materia de legislación y control para transformar el parlamentarismo de calle en un instrumento efectivo de lucha popular contra quienes aspiran a dominar y saquear a nuestro país.

Y tienen una oportunidad de oro para hacerlo, pues los chavistas, la “chusma” despreciada por los oposicionistas, estamos mas conscientes, activados y organizados que nunca.

El intento de revertir el proceso bolivariano y las conquistas logradas en estos 17 años han estimulado la participación protagónica en campos hasta ahora no explorados. Entonces ¿Por qué no nos empoderamos también del área legislativa? Vamos a utilizar el parlamentarismo de calle tanto para proponer y reforzar normas, como para controlar desmanes y denunciar delitos contra nuestro Estado democrático de Derecho y de Justicia.

Y, ¿por qué no ir un poco más lejos? ¿Por qué no empezar a esbozar un marco jurídico que sirva de soporte a la Bolivariana Venezuela Socialista?

mariadelav@gmail.com