La Asamblea Nacional francesa se pronunciará el próximo 25 de febrero sobre la prolongación de la intervención en la República Centroafricana (RCA), adonde el país galo envió unos mil 600 soldados en diciembre pasado.
Según la Constitución, el voto debería tener lugar en marzo, cuando se cumplen los cuatro meses del inicio del despliegue militar francés en su antigua colonia, pero fue adelantado por motivo de las elecciones municipales.
El presidente Francois Hollande decidió iniciar la llamada Operación Sangaris el 5 de diciembre, después de que el Consejo de Seguridad de la ONU la aprobó.
Tanto el mandatario, como el primer ministro Jean-Marc Ayrault, insistieron en que sería una acción «rápida».
Si bien el aval de la ONU generó cierto consenso en el Parlamento, ello no impidió que varios diputados expresaran sus reticencias, tanto por la duración como por sus propósitos.
En un debate sin votación el 10 de diciembre, Christian Jacob, de la conservadora Unión por un Movimiento Popular, apoyó el envío del contingente galo, pero se preguntó si era realista pensar en una acción corta en un territorio afectado por una guerra civil.
Por su parte el legislador André Chassaigne, a nombre del Frente de Izquierda, recordó que se trataba «de la intervención francesa número 50 en África después de su independencia» del colonialismo.
«Estas operaciones no han permitido jamás responder a los males que gangrenan a Centroáfrica», dijo, y recordó que la antigua metrópoli no es ajena a la situación caótica de la RCA.
Francia ya había enviado tropas en enero de 2013 a Mali, como parte de la Operación Serval, y aún mantiene allí a unos tres mil efectivos.