El Parlamento griego votará este viernes un proyecto de ley que facilite la aplicación del acuerdo alcanzado entre la Unión Europea (UE) y el Gobierno turco para la expulsión de refugiados provenientes de África y Oriente Medio fuera del territorio comunitario.
Pese a que la implementación del acuerdo será a partir de lunes, el Gobierno griego ha comenzado el desplazamiento de unos seis mil refugiados desde Atenas hacia otras zonas del país.
Mientras tanto, otro grupo numeroso permanece varado en las fronteras de la nación a la espera de que las naciones vecinas abran sus límites para permitir la entrada en su territorio.
Tanto Atenas como Ankara han iniciado las modificaciones legales correspondientes para cumplir con lo acordado entre la UE y Turquía; así como cumplir con las condiciones para otorgar asilo.
Por su parte, el primer ministro turco, Ahmet Davutoglu, ha defendido el acuerdo, por el cual su Gobierno recibirá al menos tres mil millones de euros (tres mil 300 millones de dólares) como ayuda para enfrentar la crisis de refugiados.
“De esta manera se logrará un equilibrio y un cierre de las rutas ilegales, de las que se benefician los traficantes de personas”, precisó el funcionario, pese a las críticas realizadas por organismos defensores de Derechos Humanos y la ONU.
Autoridades italianas han advertido que la implementación de este pacto desviará el flujo de refugiados desde Libia hacia las costas de esa nación.
De los 51 mil 393 migrantes y refugiados repartidos por todo el territorio griego, cinco mil 750 acampan en el Pireo y 11 mil 324 en la fronteriza Idomeni, ambos campamentos improvisados sin instalaciones organizadas.
Cifras oficiales estiman que en lo transcurrido del presente año se ha contabilizado la llegada a Europa de más de 130 mil refugiados provenientes de África y Oriente Medio; quienes escapan de los conflictos armados en sus naciones de origen.