Un total de 232 diputados de la Asamblea Consultiva Islámica de Irán (Mayles), en un comunicado, han condenado este domingo el genocidio contra la minoría musulmana de Myanmar (Birmania).
Los parlamentarios iraníes han instado a los organismos internacionales a tomar medidas para defender sus derechos de los musulmanes del país surasiático y han criticado el silencio y la discriminación de los “imperialistas del mundo y de los organismos títeres del Occidente” frente al genocidio de Myanmar y las acciones terroristas y contra los derechos humanos.
“La masacre de la gente musulmana e inocente de Myanmar desvela aún más la naturaleza imperialista y en pos de los intereses de los falsos defensores de los derechos humanos”, reza el comunicado del órgano legislativo iraní.
Los diputados persas han agregado que los gobiernos que alegan estar a favor de los derechos humanos han instrumentalizado este concepto para explotar a los pueblos, satisfacer sus intereses económicos y sacar adelante sus metas imperialistas.
En otra parte del texto oficial, los legisladores han condenado “la intervención de los países occidentales en los asuntos internos de Siria” y “los hechos terroristas apoyados por las potencias hegemónicas y el régimen israelí” en el país árabe.
Por otra parte, la Organizadora de los Rezos del Viernes de Teherán, capital iraní, ha repudiado este mismo día la brutal matanza de los creyente islámicos en Myanmar a manos de los budistas extremistas y ha denunciado el “silencio degradante” de un Occidente que alega ser auspiciador de los derechos humanos.
“Este (silencio) ha generado una ola de preocupación y detestación respecto a los mentirosos alegadores de los derechos humanos en las sociedades islámicas”, ha enfatizado la organización iraní en un comunicado.
De acuerdo con los últimos datos, 650 musulmanes del grupo étnico Rohingya, residentes en el estado occidental de Rajine (Arakán), han sido asesinados a manos de extremistas budistas a partir del pasado 28 de junio. Mientras tanto, otras 1200 personas se encuentran desaparecidas y más de otras 90.000 se han visto obligadas a desplazarse debido de la inseguridad que corren sus vidas.
Según la Organización de las Naciones Unidas (ONU), los musulmanes de Rohingya son una de las minorías más perseguidas del mundo. La ONU se ha referido a esta comunidad islámica como “la Palestina de Asia”.
El gobierno birmano no reconoce a los musulmanes como una minoría religiosa dentro de su territorio a pesar de su larga trayectoria histórica en Myanmar.
Según el gobierno del país asiático, los musulmanes representan un 4% del total de la población, pero otros informes muestran que la población no budista ha sido masivamente subestimada en el censo gubernamental.