La Fundación para la Identidad Caraqueña, ente adscrito al Gobierno del Distrito Capital, entregó este miércoles un merecido reconocimiento a los cultores de la Parranda de San Pedro de Guarenas, a propósito de celebrase cada 29 de junio, en todas las ciudades del estado Miranda, esta tradición centenaria.
Handel Mendoza, presidente de la Fundación, otorgó a los parranderos este reconocimiento por la trayectoria originaria que ha tenido esta manifestación en el país.
“No hay otra manifestación parecida en Venezuela, ni conseguimos otras con características similares en las diferentes regiones de América Latina y el Caribe”, manifestó.
Mendoza explicó que la Parranda de San Pedro, es una de las pocas tradiciones que se celebra en Venezuela desde los tiempos de la esclavitud, en los pueblos de Guatire y Guarenas.
Destacó que esta manifestación, con más de 100 años de historia, tiene una especial importancia, porque a diferencia de otras representaciones culturales que tienen su origen en pueblos afro descendientes, esta conserva una serie de elementos que la distinguen.
“Uno de ellos es que no está presente el tambor, sin embargo, hay una pareja de bailadores que usan cotizas con suela de cuero de ganado, con las que zapatean y de alguna manera percuten con sus pies mientras bailan, dando la sensación de que ese instrumento de alguna manera está ahí presente”, subrayó.
El servidor público acotó que otra característica que la particulariza es la indumentaria que utilizan los parranderos, la cual trata de imitar la vestimenta que llevaban los dueños de las haciendas.
Asimismo, señaló que esta tradición pudo haber nacido en Guarenas, pero se dice que también pudo originarse en Guatire. “En todo caso, lo que sí es seguro es que la misma surge en los tiempos de la Colonia, cuando el hombre y la mujer eran esclavos de alguna manera libertos y manumisos”, señaló.
Finalmente, el presidente de la Fundación para la Identidad Caraqueña destacó que esta tradición se ha mantenido gracias a la voluntad de los cultores, quienes además de mantener las tradiciones venezolanas vigentes, promueven el espíritu comunitario y la energía del pueblo venezolano.