Por Nelson Guzmán| El paso hacia la oscuridad (Opinión)

El Gobierno de Estados Unidos intenta recuperar el control y poder en América Latina sembrando la incertidumbre. Los casos de Argentina y Bolivia son proverbiales en este sentido. La Presidencia de Mauricio Macri ha significado el despido masivo de mas de 20 mil trabajadores, lo cual pone en riesgo a muchas familias de ese país. Al neoliberalismo no le interesa el interés colectivo de la población. Las medidas austeras de este Presidente dejan sin seguro de salud y sin escuela a una buena parte de la población infantil de los hogares más pobres. A ese programa deben agregársele detenciones por delitos de opinión de todos aquellos que disientan del programa de gobierno de la derecha.

Hay que examinar con mucho cuidado la situación de América Latina, el Departamento de Estado trata de desequilibrar los gobiernos democráticos. A la presidenta Dilma Rousseff en distintas oportunidades se ha intentado destituirla preparándole un golpe parlamentario.

Es alarmante que mediante el poder de una campaña mediática envenenada se haya provocado un desenlace no esperable en la consulta que hizo el Gobierno boliviano para establecer una enmienda constitucional que permitiese al presidente Evo Morales la reelección indefinida. La consulta terminó ganándola el no, lo cual constituye un golpe noble propinado al Estado Plurinacional boliviano. Ahora hay que avanzar hacia la preparación de un candidato que cuente con el mismo carisma del Presidente boliviano, cosa que no será fácil a pesar de la inmensa sapiencia del compañero Álvaro García Linera.

En Venezuela la derecha habla de la noche de los tiempos, por todos los medios se intenta preparar “la salida” del presidente Nicolás Maduro, todo esto se hace a pleno día, los medios de comunicación privados hablan de la “debacle definitiva”. Se especula en esos medios que Maduro “está entregado”, se insta a dar como legítima la aprobación de un proyecto de ley de amnistía, cuya ley no haría otra cosa que poner en libertad a todo tipo de infractores y legitimar la impunidad. Ahora el gobierno de Maduro tiene la tarea de recuperar la confianza.

La derecha insiste en fortalecer la catástrofe, cuentan que esa metodología le dé buenos resultados como en las elecciones parlamentarias. La agenda de la derecha en este momento es “enlodar” a los principales líderes del Gobierno socialista estimulando la insidia.

Los revolucionarios no pueden dar marcha atrás, quien piense que entregándole el juego de carta a la oligarquía lo exonerará de sospecha y de riesgos está en el camino incierto.

La noche de la eterna oscuridad, a pesar de haber sembrado la ciudad de paramilitares, de apostar a pescar en río revuelto, no ha llegado, ni llegará.

Lo que si hay que entender es que el acecho político es continental. El imperialismo incita a las fuerzas reaccionarias internacionales para que países como Guyana desconozcan nuestros legítimos derechos sobre el Esequibo. Esa es otra de las grandes trampas en las cuales nos quiere hundir el imperialismo, poniéndonos en situación de reclamar con las armas nuestra herencia y patrimonio histórico arrebatado por las botas imperiales. Expulsar de nuestro territorio a la Exxon Mobil y repeler al presidente David Granger es propiciar una invasión de nuestro país.

En Venezuela el hampa aparentemente común ha intensificado sus crímenes convirtiéndolos casi en una película del error por las formas en los cuales ocurren estos, una de esas fórmulas es el descuartizamiento. Las inversiones en desestabilizar la democracia venezolana por parte de los imperios es dispendiosa. Campañas mediáticas son planificadas desde Miami y otras ciudades, encabezadas por J.J. Rendón.

guznelson@yahoo.es

Todo lo cual ocurre bajo el silencio complice de muchos venezolanos que se dicen demócratas, defensores de los derechos humanos, de la libertad de expresión, enemigos del terrorismo. Qué no le perdonan a Chavez su atrevimiento de partir en dos la historia de este país y a gobernar con y para un pueblo excluido, pisoteado, masacrado. Su pecado fue inventarse una nueva forma de hacer patria, soberanía e independencia.