Pedro y el capitán pone al abusador contra la pared

Pedro y el Capitán es una pieza escrita por Mario Benedetti que trata sobre el abuso de poder, la tortura y la fuerza de las convicciones. El texto fue la apuesta de Elmer Pinto para participar en la séptima edición del Festival de Jóvenes Directores del Trasnocho.

La obra expone en cuatro actos una suerte de transferencia de poder que convierte al torturador en un torturado moral, mientras que la víctima, por la fuerza de sus convicciones y principios, somete al verdugo por su principal debilidad: su orfandad ética.

A decir de Gerardo Soto, Pedro, “alias Rómulo”, como revela el texto, «Es un papel único. Nunca me había tocado un personaje así. Lo que hice fue vivir este gran texto de Benedetti, disfruté sufrirla en cada ensayo. Para llegar a esto, vivimos el proceso, lo sufrimos. Siento que fue un reto para todos», contó al Correo del Orinoco.

Soto venía de realizar comedias y musicales en los últimos tiempos, lo que no le impidió volver a un drama. «Un actor tiene que aceptar retos y no conformarse con un género», opinó.

Por su parte, Antonio Delli confesó que había leído esta obra y siempre le impactó. “El festival se había retrasado un poco y tenía compromisos, al igual que Gerardo, pero todo se dio para que pudiéramos participar», agregó.

En consideración del intérprete del Capitán, la propuesta de Pinto «es un proyecto exigente, fascinante y me encanta que el director haya seleccionado esta pieza, que trata sobre la humanidad, el ser humano, cuando un enfrentamiento con otro ser humano hace que confrontes tu forma de ser. El texto de Benedetti es complejo, hay que dedicarle tiempo, porque es un personaje que arranca de una manera y termina de otra. De ser un tipo con poder, aunque lo negaba, se siente acorralado. Es un viaje y me encanta este tipo de personajes», acotó.

Elmer Pinto reveló que asumió la iniciativa de dirigir este montaje como un reto escénico, que le exigió apartarse de su experiencia en la puesta en escena principalmente de comedias, como La importancia de llamarse Ernesto, de Óscar Wilde, que le mereció el premio a la mejor dirección del CreaJoven 2016, La Catalina agotada, para las temporadas 14 y 17 de Microteatro Venezuela y del drama Lo llaman Billy, estas dos últimas escritas por Jan Thomas Mora Rujano.

Pinto acotó en nota de prensa: «Los diálogos y silencios pretenden sumergir al espectador en una lucha de argumentos, donde cada personaje defiende su verdad incansablemente, siendo puestos a prueba por su semejante y trazando un camino lleno de sensaciones que varían entre la rabia, el rencor, la nostalgia y la valentía».

La pieza está en el Espacio Plural del Trasnocho Cultural en Las Mercedes, Caracas, hasta este fin de semana, viernes, sábado y domingo, desde las 6:30 pm. El domingo primero de mayo se dará a conocer el veredicto del festival y se anunciará a los ganadores y premios especiales de la competencia.

Este montaje, aparte de Delli y Soto, cuenta con la participación escénica especial de Vittorino Leal. El equipo técnico lo conforman Jayler Romero en la producción general y asistencia de dirección, mientras Jan Thomas Mora Rujano está en la producción ejecutiva.

Raquel Ríos fue la encargada de diseñar el vestuario, la musicalización corre por cuenta de Abilio Torres; maquillaje, utilería y diseño de arte de Luis Ernesto Domínguez y Angy Ortega; diseño de iluminación por Miosothis Pineda; arte gráfico y el diseño escenográfico de Gabriela Pinto; realización de escenografía y asistencia de producción de Gabriel Sulbarán y Marco Carreño, asistencia técnica de circuito cerrado por parte de Elmer Steffan Pinto y Juan Carlos Torrealba.

T/ Eduardo Chapellín
F/ Archivo CO