Estará en las carteleras nacionales desde el viernes 23 de marzo|Película Trumbo cuenta parte de la historia oscura de Hollywood

En próximo 23 de marzo llegará a las carteleras venezolanas el filme Trumbo, un obra del director Jay Roach, de esas con méritos suficientes, al menos en cuanto a la temática, para formar parte de ese grupo de películas que llegan como por una feliz equivocación, obras que marcan una distancia del efectismo banal y vacío para hacer un uso correcto del refinamiento en el lenguaje audiovisual en función de una narración que además, en este caso, se asoma a esos rincones oscuros poco o nada conocidos de la historia de Estados Unidos en general y de Hollywood en particular.

Ambientada en un lapso que va desde mediados de los años 40 hasta mediados de los 70 del siglo pasado, el filme toca un tema controversial que suele colocarse debajo de la alfombra cuando se habla de la tierra prometida de las libertades, donde se podía hacer cualquier cosa menos deberle dinero al fisco y simpatizar con ideales comunistas.

Por medio de la biografía del guionista Dalton Trumbo, el filme cuenta los detalles de un episodio vergonzoso de Hollywood, cuando destacadas figuras de la industria como John Wayne o Gary Cooper, entre muchos otros, formaron parte de una suerte de inquisición impulsada por el macarthismo e institucionalizada en el Comité de Actividades Antiamericanas con el cual llegaron tan bajo como para perseguir y anular a sus propios compañeros, solo por pensar diferente.

En 1943 Dalton Trumbo, interpretado me manera sumamente convincente y conmovedora por Bryan Cranston (Breaking Bad), llegó a ser el guionista mejor pagado de Hollywood. Aun en medio de la opulencia que eso implicaba se solidarizó de manera activa con los derechos laborales de los sectores más vulnerable de la industria y manifestó abiertamente su ideología comunista.

CON LUZ PROPIA

Trumbo formó parte de Los Diez de Hollywood, grupo rebelde que rechazó la investigación autoritaria y se negó a testificar en 1947 en los famosos juicios del macarthismo y fue colocado en una famosa Lista Negra cuyos integrantes fuero considerados una amenaza para la seguridad de Estados Unidos, tildados de traidores y execrados de todos los círculos sociales al punto de violentar impunemente su derecho al trabajo.

Según la película, la famosa lista negra y el Comité de Actividades Antiamericanas, cuyas operaciones se extendieron hasta 1975, provocaron la disolución de familias, pérdidas de trabajos, exposición al escarnio público y hasta suicidios.

No obstante, gracias a su genio creativo, luego de pagar un año de cárcel, Trumbo logró superar el rechazo. Continuó escribiendo bajo seudónimo y demostró con creces su talento cuando la Academia de Artes y Ciencias Cinematográficas de Estados Unidos le otorgó, sin saber a quien reconocía, dos premios Oscar por las películas Vacaciones en Roma (1953) y El Bravo (1956).

ESCRITOR Y PADRE

Aunque en el anonimato, el escritor logró salir adelante y se mantuvo siempre cerca de sus más entrañables compañeros confinados a las sombras por el estigma de estar en la lista negra.

Además de destacar la personalidad excéntrica del guionista que escribía en la bañera, el filme aborda las particulares relaciones de Trumbo con su familia, especialmente con su hija mayor, Nikola Trumbo, a quien le inculca desde temprana edad las ideas comunistas.

Finalmente, como casi siempre pasa, el valor (y en este caso particular también el dinero) supera al miedo y dos de las figuras más influyentes en la industria como lo son el actor y productor Kirk Douglas y el director judeo austríaco Otto Preminger, deciden colocar abiertamente en los créditos de sus películas.

Vale la pena mencionar un momento conmovedor incluido al final de los créditos. Se trata de un fragmento de una entrevista al Trumbo original, a propósito de la revelación de su trabajo como guionista escondido tras los seudónimos. El fragmento da cuenta de la calidez e las relaciones del escrito con su hija Nikki (Nikola).

En cuanto a lo visual, el film de impecable factura reproduce de manera acertada las texturas, colores y composiciones de cada época. Inclusive hace increíbles transiciones de formatos en las cuales recrea la imagen y el sonido de las trasmisiones de televisión de los primeros años de este medio, recursos que lejos de parecer arrogantes se colocan siempre al servició del fin narrativo.

T/Luis Jesús González Cova
F/Archivo CO
Caracas