Por Homero Español H.| El peligro de la burocracia especializada (Opinión)

Los diseñadores de política económica (economic policymakers), según nomenclaturas usuales en los nichos especializados de agencias internacionales, ponen a circular un conjunto de prejuicios que al ser asumidos en nuestros contextos se vuelven verdades, con estatus del ser del cual no se puede pensar nada mayor.

La gravedad de estos prejuicios se origina en el hecho de que tantas veces repetidos en los ambientes donde se toman decisiones vitales terminan inoculando a los decisores, con la consecuencias trágicas que tales patologías arrastran.

Veamos por ejemplo algunos de estos ritornelos: “… el tipo de cambio tiene que ser competitivo para hacerse atractivo a las inversiones foráneas”, “…deben concederse incentivos fiscales como disminución, exoneración de impuestos, repatriación de dividendos. Como garantías para generar confianza a los inversionistas externos”

Algunos de estos prejuicios pueden percibirse en la propuesta opositora de “ley para la producción” recientemente discutida en la Asamblea Nacional (AN) y en otros documentos de su autoría, lo que no es de extrañar, mas allá de identificar y denunciar la ideología que le subyace y hacer visibles sus compromisos ocultos.

Pero, qué hacer en los espacios del Ejecutivo Nacional que promueve el socialismo e intenta impulsar la Revolución Bolivariana puesta a andar por el comandante Hugo Chávez Frías y, el apoyo de la mayoría popular; cómo no vivir la zozobra, sabiendo que decisiones tomadas arrastran consecuencias y que estas son independientes y escapan a toda pretensión de “planificación”. Es que acaso no saben los “consejeros” que sus prejuicios provienen de los manuales que, con aspiraciones de ciencia, debieron leer para aprobar sus materias; manuales que entre otras cosas suponen una normalidad institucional, que traducido al cristiano quiere decir: una economía de mercados atomizados, con unidades que compiten según reglas ampliamente compartidas, tanto del lado de la oferta como de la demanda.

No entienden estos “consejeros” que las inversiones no van a venir en sana paz, a un país al que el mundo burgués le ha declarado la guerra, al punto de mantenerle un cerco financiero que le dificulta acceder al financiamiento externo sin tener que doblar la cerviz ante los medios internacionales de control.

Qué respuestas esperan darle estos asesores a la mayoría que apoya y se la juega por la Revolución Bolivariana, qué dirán una vez que la economía se deslice por un tobogán de devaluaciones, con los consecuentes incrementos de precios, validos o no, apoyados en argumentos de incrementos de costos.

Por el momento, sostenemos que las únicas inversiones a que el país puede aspirar son aquellas que provengan de países amigos, de gobiernos que junto al venezolano se han planteado ser libres de la tutela de los centros de poder del capital.

Mientras tanto, la inversión del Estado debe seguir intentando desarrollar una economía más sólida e independiente, apoyada en la sabiduría y el compromiso popular, así como en los poderes creadores del pueblo.

hojo110@gmail.com
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La economia va de la mano de la politica.Eso lo vemos todos los dias aca en nuestra amada Venezuela y en cualquier parte del mundo. Por eso se dio y padecemos la cultura cambista ladrona que Colombia nos puso en la frontera. Por eso los industriales venezolanos nos clavan todos los dias un nuevo aumento de precio por aquellode la referencia al dolar de hoy. de mañana y de acuya que se lo inventan para siempre estar en ese circuito perverso de inflacion.Pero tambien con buenas decisiones politias y economicas se enderezan los rumbos de una nacion.No es facil pero no imposible. Lo PRIMERO QUE HAY QUE HACER ES COMBATIR LA CULTURA CONSUMISTA DEL VENEZOLANO LA CUAL SI ES DE PRODUCTOS IMPORTADOS ES MAS CHEVERE. Producir con nuestros insumos y materias primas auctoctonas. Desarrollar una industria quimica nacional transformadora . La PETROQUIMICA NACIONAL debe ser desarrollada al cien por ciento y de ella productos para uso interno y los excedentes para exportar. NO REPATRIAR CAPITALES MAULA