Este jueves se cumplen 159 años de la muerte del antecesor de la educación popular|El pensamiento de Simón Rodríguez es determinante en la Revolución Bolivariana

Este jueves se cumplen 159 años de la muerte Simón Rodríguez, a quien el profesor Luis Bigott, rector de la Universidad Bolivariana de Venezuela, exaltó como “un pensador determinante en este momento histórico de Venezuela”, en cuya obra el presidente Chávez ha encontrado claves para “la formulación ideológica de la Revolución Bolivariana”.

El hecho de haber sido maestro cuando en Venezuela imperaba la dominación colonial colonial española despertó en Simón Rodríguez “el convencimiento de que la educación no debe excluir a nadie y debe ser para todas y todos”, señaló Bigott, en entrevista al Correo del Orinoco, y destacó otras dos ideas fundamental del sabio caraqueño: “El concibió la unión de la educación con el trabajo y planteó la unidad de América, que son formulaciones cardinales del proceso Bolivariano”

Afirmó que esas son las razones por las cuales, “cuando Chávez define la composición ideológica de la Revolución y habla del árbol de las tres raíces, están presentes el pensamiento de Rodríguez, junto al de Bolívar y el de Zamora”.

“Esos son tres elementos ideológicos” confluyeron “en la formación del pensamiento transformador del núcleo cívico militar que desembocó en el Movimiento Bolivariano 200, algo que los militantes de la izquierda -integrados en los grupos armados o en el movimiento popular de calle, en busca de tomar el poder y construir el socialismo- no habíamos asumido”, reflexionó Bigott. Y recordó que el Cantor del Pueblo había tenido esa misma visión.

“Ese encuentro del pensamiento bolivariano y el de Zamora, lo había concebido ya un cantor de Venezuela: Alí Primera, quien junto con un grupo de intelectuales trató de difundirlos. Chávez en sus documentos asumió estas inquietudes, pero tomando como primer elemento esa expresión del pensamiento de Rodríguez que está en la crítica a la escuela colonial de primeras letras”, remarcó Bigott, para reiterar el origen de la orientación que el Jefe del Estado le ha dado a la educación.

LA CONCEPCIÓN RODRIGUIANA

“En la historia tradicional de Venezuela, por un período largo que se prolonga hasta ahora, el elemento de más importancia que se le concede a Rodríguez es que le encargaron educar a un niño llamado Simón Bolívar”. Esa tarea, sin embargo, fue interrumpida “por un hecho que se discute pero del que estoy convencido, y es que estaba vinculado con la conspiración de Gual y España, uno de los movimientos emancipadores”.

Descubierto por los espías españoles, Rodríguez se fue Jamaica, donde se cambió el nombre por el de Samuel Robinson. Posteriormente, en París aun perseguido, bajo ese nombre declaró ser natural de Fildelfia, para huir de los tentáculos del imperio que iban tras él.

Bolívar, que se había marchado a España, desesperado por la muerte de su esposa, viajó a París y se reencontró con Rodríguez. Su antiguo maestreo “posee ya una formación muy sólida, prácticamente se ha bebido los clásicos, ha estudiado profundamente el pensamiento de Juan Jacobo Rousseau, ha analizado la situación europea, ha estudiado profundamente la química y la teoría atómico-molecular y es un conocedor de lo que estaba ocurriendo en el campo de la ciencia”. Reunido de nuevo con su maestro, “aquel joven que sufría un depresión, inició un proceso de conversación y discusión de las ideas”, relató Bigott.

Fue una relación muy significativa, al punto de que “Rodríguez fue el único testigo del juramento en el Monte Sacro que posteriormente recordarían y comentarían. Existen registros de conversaciones de Bolívar en los que habla del tema”.

EDUCACIÓN-TRABAJO

“Años después, liberadas Venezuela y la Nueva Granada, Rodríguez viene a América. Había Jurado no volver al país porque había sido muy vilipendiado y despreciado por ser hijo expósito. En la costa colombiana intenta crear una escuela de artes y oficios, pero eso no es bien visto por Santander”, contó el rector de la UB:. “En ese momento le escribe a Bolívar y el libertador lo llama. Él decide acompañar a Bolívar. Se va a Perú y a Bolivia, una vez creada esta nación, y allí el libertador lo nombra Ministro de la Educación y Obras Públicas”.

Pero a la muerte del Libertador, Rodríguez quedó solo, “además había tenido conflictos con Sucre, pues pensaba que debido a la urgencia, los conventos debían ser desalojados y transformados en escuelas. También planteó la educación para los indígenas. Por supuesto, todo eso le trajo conflictos. No lograron entenderlo”, agregó.

EDUCACIÓN Y PATRIA GRANDE

Simón Rodríguez “comenzó a estudiar la realidad americana, de las sociedades que habían aparecido después de la Independencia y reflexionó sobre la necesidad de que antes de construir una patria había que construir ciudadanos”. Esa visión, señaló Bigott, introdujo “el elemento de la formación para el trabajo del hombre y la mujer en libertad, otro componente rodriguiano que aparece con una gran nitidez en el proyecto bolivariano de la educación popular, pues se trata de la formación de la mujer y el hombre socialistas, que Rodríguez en su tiempo llamaba el ciudadano”.

Bolívar -continuó Bigott- fue denigrado después de muerto “junto con los que lucharon con él por la Independencia. Fue acusado de causar todos los males de América, le llamaron el genio del mal. En ese momento hay un pensador que sale en su defensa: Rodríguez”.

El maestro escribió un libro sobre su discípulo: El Libertador del mediodía de América. “Allí plantea que aquellos hombres desarrollaron entre ellos algo que tenía que ver con la unidad de aquellos pueblos recién liberados”.

“Se trata de la idea fundamental de Bolívar: la unidad de América que el presidente Chávez ha colocado como estratégica: la Patria Grande para poder lograr la verdadera independencia, no sin dejar de reconocer que esta idea también es Martiana y antes de Miranda, que fue el primero que la planteó.

EN DEUDA

Siempre existirá una deuda con Rodríguez, señaló Bigott, “porque si bien es cierto que sus ideas motorizan nuestra práctica diaria, todavía no son conocidas. No hemos logrado difundir en profundidad su pensamiento, los elementos del método experimental, del conocimiento científico de la naturaleza que asume en Europa, y fueron causa de que lo llamaran loco”.

“Es necesario seguir insistiendo en esa difusión, profundizarla, extenderla, dirigirla a los jóvenes. Sobre Bolívar, Zamora y Rodríguez deberían crearse cátedras. Debe crearse la Cátedra Simón Rodríguez. Ya un grupo de profesores en la UVB está haciendo un esfuerzo importante en torno a las cátedras Bolívar y Martí”,

“Rodríguez es el antecesor de la Educación Popular. Se cree en América que el creador es Paulo Freire, pero eso viene del siglo XIX con Rodríguez”, sentenció el rector de la UBV.

Texto/Mercedes Aguilar
Foto/José Luis Díaz