El nuevo proyecto de Libertador FC, bajo la batuta del exvinotinto Philippe Estévez, requiere paciencia, tiempo y trabajo para afianzar las ideas renovadoras que quiere inculcar el entrenador. El revés sufrido (4-0) el pasado domingo en la visita a Atlético Furrial, el otrora goleador lo toma como un aprendizaje en el camino que está dispuesto a transitar para dotar al cuadro alado de una identidad de juego.
“Nadie dijo que iba a ser fácil”, afirma Estévez sobre el proceso que apenas inició hace un par de semanas.
“Debemos seguir mejorando y puliendo nuestras ideas para conseguir el equilibrio defensivo que faltó en Maturín”, recalca con la convicción de quien conoce a fondo el lento y duro trabajo de transformación de un equipo.
Lo vivió en la Vinotinto de Richard Páez, cuando fue una de las figuras más destacadas en la selección Sub-20 en el Suramericano de Uruguay, y también en los primeros días de Noel Sanvicente como técnico del Caracas, que con el tiempo permitieron al Rojo convertirse en un club con un proyecto sólido en todas sus categorías.
“Lo que más rescato del partido ante Furrial fueron los últimos 25 minutos del primer tiempo. Nos vimos ordenados tácticamente, manejamos la pelota en el último cuarto de la cancha del rival y ese es el camino que debemos seguir”, recalca el joven entrenador de 34 años, que combina su pasión por el fútbol con su vocación para el ejercicio del derecho como abogado de la República.
Ese conocimiento profundo de las leyes del juego y de la vida pública le sirven para invocar una máxima que acompaña el éxito tanto en el fútbol como en la compleja dinámica de la sociedad. Siempre repite la clave para que Libertador alcance mayores cuotas en su desempeño: “Necesitamos equilibrio”.
INDENTIDAD SÓLIDA
“Furrial nos hizo mucho daño, porque quedamos mal parados cuando nuestros laterales se proyectaban. Hay que conseguir el equilibrio para ir a atacar y queda bien parados tras una pérdida”, insiste en el concepto fundamental que seguirá trabajando hasta encontrar el balance indispensable para hacer las transiciones de ataque a defensa sin regalar espacios. Pese al revés que encajó en el estadio Comanche Bottini, el técnico de los alados prefiere ver el lado luminoso del juego: “Allí se vio parte del trabajo que estamos haciendo, buscado el desdoble por fuera con la proyección de los laterales, la asociación con los volantes para tirar paredes por el medio. Todavía nos falta conseguir que las descargas sean buenas en el primer pase, sincronizar las paredes y mantener el libreto durante todo el partido”. Estévez sabe que la convicción de la plantilla para llevar adelante este proceso de cambio para dotar a Libertador de una identidad sólida de juego es esencial para el éxito. “Durante el transcurso del partido ante Furrial nos desordenamos. Eso pasa porque no se tiene una identidad y todavía no se cree en ella. Hay que mantenerse fiel al plan de juego. Es lo que hay que trabajar con ahínco para que el jugador lo entienda y lo lleve a la cancha con convicción”.
Los dos partidos que ha dirigido ante UCV y Furrial le dan la seguridad que Libertador cuenta con el plantel necesario para cumplir con los objetivos de cambio que tiene en mente. Apostilla para terminar que “sabemos que hay jugadores que quieren y hay que trabajar con los que tienen la disposición para desarrollar esta identidad de juego. Hay que afianzar las ideas y creer en ellas”.