Columna En tinta negra|Pobre mujer negra (Opinión)

En una guerra mediática o de IV Generación los comunicadores somos actores estelares. No hay manera en que podamos quedarnos en un escondite donde prive la neutralidad. En una guerra hay, mínimo, dos bandos enfrentados y los comunicadores de la Revolución estamos en uno.

Desde la perspectiva antigua se supone que existe un personaje estático que recibe información y cuyo cerebro actúa como simple depósito. Desde perspectivas de vanguardia el usuario, que no receptor, mastica, digiere, interpreta y actúa, lee entrelíneas. El usuario lector asume una responsabilidad cuando lee.

A los comunicadores nos corresponde la tarea de ajustarnos a la verdad pero ¿podemos ser neutros? Durante una guerra mediática, durante esta guerra mediática, es a todas luces imposible.

En el caso, por ejemplo, de los que asumimos la tarea de llenar de orgullo el pecho de la gente afro, de la gente negra, gente que tiene un pasado de estigmatización y racismo innegable, estamos conscientes del hilo fino sobre el cual caminamos y de los riesgos que ello implica.

Sin embargo, es necesario recoger esas etiquetas basadas en rasgos fenotípicos, esa clasificación por colores que impuso la cultura dominante desde la colonia y buscar procedencias con el objetivo diáfano de concienciar a la población de que si bien existe la diversidad étnica, esto no debe ser motivo para la discriminación racial que existe y que es patética y endémica en la sociedad venezolana, cubierta bajo el velo del mestizaje.

El objetivo no es enfrentar a negros contra blancos, estamos todos mezclados. Es combatir el racismo.

Pido mil perdones a la señora cuya imagen fue utilizada para hablar de “ladronismo y pillaje”. Mujer, pobre, negra. ¿Casualidad? Una humilde trabajadora que acudió bañaíta y entalcaíta a hacer compras en uno de los locales donde los ladrones bonitos concretan su guerra económica.

Cuando salió con su licuadora y etcétera, una cámara neutra le tomó una fotografía donde sale de lo más arremillá y esa foto fue usada por periodistas neutros nacional e internacionalmente para atacar al Gobierno revolucionario dañando de paso la reputación de la dama en cuestión. Choquea tanta neutralidad.

¿Qué si los comunicadores de la Revolución tenemos enfoque parcializado? ¿Qué si hay un fin definido? ¡Pues claro!

El objetivo es ponerle carne a aquello de “Gloria al bravo pueblo que el yugo lanzó”.

T/ Beatriz Aiffil
baiffil@gmail.com

Matraqueo, vagabundo, sinvergüenza es vender los primeros puestos en una cola, en que se posesiona y vagabundo, vivo sinvergüenza es el que paga, por obtener el puesto de la cola, dando mal ejemplo a su contorno familiar.