Poder petrolero también metió su mano en derrocamiento de Marcos Pérez Jiménez

El director del Archivo Histórico de Miraflores, Marcos Fuenmayor, ubica la deposición del régimen perezjimenista como consecuencia de las contradicciones entre las compañía petroleras estadounidenses y británicas y en el contexto de la Guerra Fría. Allí aparecen los nombres de la Creole, la Standard Oil y Rockefeller. Pérez Jiméńez es derrocado después de otorgar nuevas concesiones. Las imágenes de alboroto y revueltas populares son exclusivamente caraqueñas

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En relación al imaginario colectivo difundido con respecto al 23 de enero de 1958, Marcos Fuenmayor, director del Archivo Histórico de Miraflores, sostiene que ocurre algo parecido con otros acontecimientos históricos en los cuales se generan varios niveles de conocimiento, de acercamiento y de desarrollo. Hay un nivel acontecial, que son las cosas que vivimos todos los días, lo que experimentamos sensorialmente a primera vista, pero todos sabemos que detrás de todo acontecimiento hay una estructura que lo motiva, incluso, en las cosas más cotidianas, en nuestra vida personal y familiar. Más allá del alboroto popular caraqueño en aquel 23 de enero de 1958, de las imágenes de prensa y televisión y la fanfarria noticiosa de la radio, se movían unos hilos invisibles, actuaban otros factores, que para Fuenmayor tienen el tufillo petrolero, un olorcito que también estuvo presente en el golpe contra Medina Angarita en 1945, y en la deposición del Gobierno de Rómulo Gallegos en 1948. Y ya se verá por qué.

“No pretendo dar clase de teoría historiográfica”, señala textualmente de entrada, “pero con el 23 de Enero ocurre lo mismo que con cualquier acción humana, existe un nivel que nosotros apreciamos, o sea, Pérez Jiménez tomó un avión, se fue presionado por las manifestaciones populares, por el alto mando militar, se constituyó una junta militar de gobierno que luego fue ampliada con unos civiles, y viene todo el cúmulo de interpretaciones de los hechos”.

Agrega que el 23 de Enero se inscribe dentro de lo que fue el proceso histórico venezolano del siglo XX, y que a partir de la aparición del petróleo la historia de Venezuela fundamentalmente constituye un conflicto por dominar el negocio petrolero entre el capital británico y el capital estadounidense. Esto da pie a la consolidación de algunos sistemas de gobierno y a la crisis y en algunos el derrocamiento de esos mismos sistemas de gobierno cuando ya no sirven al interés imperialista, o cuando una fracción del sistema mundial imperialista se impone sobre la otra.

“De esta manera observamos cómo luego de que Isaías Medina Angarita otorgó las concesiones petroleras en 1943 que sustituían a las concesiones gomecistas, la Standard Oil se sintió desfavorecida en sus intereses y promovió dos años después su derrocamiento, y tres años después el capital británico, representado por la Shell, toma la revancha promoviendo el derrocamiento de Rómulo Gallegos, aunque ese fue un proceso complejo como todos, pero fundamentalmente motivado por esta rivalidad interimperialista”, indica.

Luego de extenderse acerca de la rivalidad entre los consorcios petroleros británicos y estadounidenses, sobre todo la Creole, la Shell, la Standard Oil y Rockefeller, así como la pequeñas empresas independientes norteamericanas, bajo cuyo influjo se derrocó a Isaías Medina Angarita, de examinar las divergencias entre la Casa Blanca y el Pentágono en cuanto a la aceptación o no de gobiernos populistas en América Latina, de ventilar la conducta y contradicciones del régimen nacionalista que presidió Pérez Jiménez, de asegurar que la crisis del canal de Suez catapultó a Estado Unidos como la primera potencia y que ese viento político favoreció a Rómulo Betancour, el historiador Marcos Fuenmayor se ubica en el 23 de enero de 1958. Como dato curioso señala la coincidencia de que el 23 de enero de 2020 también cae jueves, de manera que hoy martes 21 de enero, como aquel martes de 1958, arrancó la huelga general de prensa y el jueves de esta semana, Pérez Jiménez huye del país a bordo del avión La Vaca Sagrada.

Un marino al mando

Como ocurrió con Medina Angarita y Rómulo Gallegos, Fuenmayor atribuye al factor petrolero un peso crucial en lo ocurrido en 1958.

“De manera que aquí podríamos repetir que a Pérez Jiménez no lo tumbó la Junta Patriótica, ni el alto mando militar, ni las direcciones de los partidos políticos que actuaban en la resistencia, sino que lo tumbaron la Standard Oil, la Creole y Rockfeller, que son la misma cosa, representan el mismo interés.

Es ilustrativo que Medina Angarita haya sido derrocado dos años después de haber modificado el régimen de concesiones petroleras, y Pérez Jiménez fue derrocado dos años después de haber otorgado nuevas concesiones rompiendo la política de no más concesiones que había establecido Juan Pablo Pérez Alfonso durante el trienio adeco de 1945 al 48. Esta política de no más concesiones tenía una apariencia nacionalista, pero en realidad era un interés de la Standard Oil para que las otras empresas no crecieran dentro de territorio venezolano. En el periodo 59 al 64 se vuelve a esta política.

¿Cuál fue el papel del coronel Hugo Trejo, quien se había levantado semanas antes?

-Hugo Trejo representa a sectores nacionalistas que habían participado en el derrocamiento de Medina Angarita, y que se habían cuestionado asimismo por considerarse utilizados en ese golpe. Trejo es figura de un sector de las Fuerzas Armadas que jugó un papel primordial en el derrocamiento de la dictadura, pero que fue desplazado una vez que se instala la junta de gobierno presidida por Wolfgang Larrázabal e integrada por personeros de la burguesía como Eugenio Mendoza y Blas Lamberti. Estos sectores desplazados de las Fuerzas Armadas son los que insurgen en el año 62 con el Carupanazo y el Porteñazo. Las contradicciones que existían en el amplio movimiento contra la dictadura de Pérez Jiménez se manifestaron durante el desarrollo de las gestiones del Pacto de Punto Fijo.

-¿Y cuál fue el de Wolfgang Larrázabal, presentado como una figura carismática y simpática?

-Curiosamente en el acta constitutiva de la junta militar de gobierno del 24 de noviembre de 1948, cuando derrocan a a Gallegos, uno de los firmantes en representación de la fuerzas navales es Wolfgang Larrazábal, capitán de navío. En ese momento no hubo mayor resistencia al golpe. Las fuerzas Armadas casi unánimemente respaldaron el golpe contra Gallegos. Hubo un incidente similar cuando se convocan elecciones para una asamblea constituyente el 30 de noviembre de 1952 y el 2 de diciembre el gobierno desconoce los resultados. Se produce la renuncia de 11 de los 15 miembros del Consejo Supremo Electoral y la renuncia de la junta de gobierno. Es cuando el alto mando militar designa presidente a Pérez Jiménez. Larrazábal no se opone.

Marcos Fuenmayor define a Wolfgang Larrazábal como un personaje con vocación por las tareas administrativas. No fue un comandante de tropas propiamente dicho. Fue presidente del IND, director del Círculo Militar. En la crisis militar del 2 de enero de 1958, dos semanas antes del derrocamiento de Pérez Jiménez, por estos asuntos de escalafón y de antigüedad, él queda como comandante de las fuerzas navales, y cuando se produce el pronunciamiento militar del 23 de enero era el militar de mayor jerarquía, es lo que explica que un oficial naval presida la junta.

“Desde la presidencia de la junta alcanza una extraordinaria proyección política y tiene actitudes atractivas para los sectores de izquierda y progresistas. De allí surge su postulación para las elecciones de 1958 en una alianza que incluía al PCV, URD y sectores medinistas que eran antiadecos y antiperezjimenistas. Recordemos que a Medina lo derroca una alianza entre Betancourt y Pérez Jiménez. Esto da pie a que en 1958 Larrazábal insurja como la figura de un populismo no adeco, atractivo para sectores con el trauma de haberse enfrentado a AD del 45 al 48”.

Días de radio

¿Esa imagen de fervor popular, de la gente en las calles, fue puramente mediática?

-Es una imagen real, pero es una imagen caraqueña. No hay fotografías, ni películas, ni reseñas periodísticas que muestren esa movilización de masas en el interior del país. Existe la anécdota de que en Maracaibo se jugaba la serie regular de beisbol. Estando los maracuchos presenciando el beisbol, por los altoparlantes anunciaron la huida de Pérez Jiménez. Hay testimonios de Maturín, San Cristóbal. En el caso de San Cristóbal había una feria agropecuaria, las ferias patronales, que se inauguró algo así como el 18 de enero y no asistió ningún representante del Ejecutivo Nacional. Evidentemente estaban ocupados con la crisis en Caracas, pero en el interior era un problema de rumores, de chismes, de información confusa y no de movilización de masas. En Caracas sí, incluso en las semanas previas al alzamiento del coronel Hugo Trejo. La huelga de prensa y la huelga general fueron efectivas en Caracas, no en el interior. Tan es así que Vallenilla Lanz hizo traer el periódico zuliano Panorama para que circulara en Caracas para sustituir a El Nacional, El Universal, Ultimas Noticias, La Religión, que estaban parados.

-¿El 23 de enero fue una revolución radiofónica como dijo una vez José Ignacio Cabrujas?

-Eleazar Díaz Rangel coincide con José Ignacio Cabrujas en que estos fueron días de radio y que en el interior la gente salió a celebrar una vez que escucharon la noticia por la radio, que era el medio de comunicación inmediato por excelencia. La televisión existía en Venezuela desde 1952-53 pero solamente llegaba hasta Valencia. En la mayor parte del país no había televisión, los medios de comunicación dominantes eran la prensa escrita y la radio.

Hay otro factor en la caída de Pérez Jiménez al cual se le ha querido dar peso desde el punto de vista moral simbólico, pero que Fuenmayor se pregunta hasta qué punto la diplomacia internacional estuvo involucrada, como fue la actuación del Vaticano con la pastoral de monseñor Arias Blanco en mayo del 57, y las reprimendas que recibió de Vallenilla Lanz para que la Nunciatura Apostólica adoptara un papel que no había tomado antes, y le dio asilo a Rafael Caldera en su sede.

“Ha habido polémica en cuanto al peso de este factor. Unos le atribuyen más importancia que otros”, sostiene.

Sobre el 23 de Enero apunta que todavía hay mucha tela que cortar, sobre todo para desentrañar el papel de Venezuela en la geopolítca mundial y para fomentar la venezolanización de nuestra historia.

“Venezuela durante más de 100 años ha sido un país intervenido. No es que antes no lo fuera, lo que pasa es que en el siglo XIX vivíamos de la venta de café. Estratégicamente no teníamos la importancia que con el petróleo. Por esa razón a las grandes potencias no les importaba que nos matáramos entre nosotros, y su interferencia era de baja intensidad, pero a partir de la aparición del petróleo en la segunda década del siglo XX ya Venezuela se convirtió en un lugar estratégico en la lucha entre las superpotencias y cualquier cosa que ocurriera aquí era y sigue siendo interferida por estos factores de poder”, añade.

T/ Manuel Abrizo
F/ Miguel Romero-Archivo CO
Caracas