Las fuerzas de seguridad del régimen Al Jalifa han atacado este vienes a manifestantes bareiníes que salieron a las calles en solidaridad con el clérigo saudí, el jeque Nimr Baqer al-Nimr, condenado a la pena capital por un tribunal en Arabia Saudí.
Los agentes policiales de Baréin han lanzado balas de goma y gases lacrimógenos para reprimir a los participantes en la marcha.
Paralelamente, en reacción al fallo de Riad contra el clérigo chií, el movimiento opositor Coalición 14 de Febrero de Baréin y el principal partido opositor, Al-Wifaq, han advertido al Gobierno sobre las consecuencias de ejecutar el dictamen emitido.
El tribunal saudí corroboró el miércoles la sentencia máxima contra Al-Nimr, por criticar al régimen Al Saud, a causa de la discriminación que sufren los miembros de la comunidad chií en el país, al mismo tiempo que pedía reformas políticas en la monarquía árabe.
Entre tanto, la organización defensora de los derechos humanos, Human Rights Watch (HRW), ha pedido hoy (viernes) la liberación inmediata de la activista bahreiní Zeinab al-Jawaya, embarazada de ocho meses, y detenida por «insultar» al rey de Baréin, Hamad bin Isa Al Jalifa.
«Al-Jawaya ha sacado a la luz la sensibilidad de las autoridades de este país, sólo a través de una fotografía como su única arma», ha repudiado el subdirector para Oriente Medio de HRW, Joe Stork.
El funcionario ha criticado la pasividad de los Gobiernos de EE.UU. y el Reino Unido como “supuestos campeones mundiales de los derechos humanos”, en cuanto a las violaciones de la libertad de expresión en el territorio árabe.
La activista, hija del prominente opositor chií Abdul Hadi, rompió la foto del rey durante el juicio que afronta por cinco cargos, donde insistió en su «derecho y responsabilidad, como persona libre, de protestar contra la opresión».