La Policía brasileña, respaldada por blindados de la Marina, entró la madrugada de este domingo en el complejo de favelas de Cajú y Barreira do Vasco, cerca del aeropuerto internacional de Río de Janeiro, al sureste de Brasil, en poder de narcotraficantes.
Más de mil efectivos de la policía junto con 200 fusileros de la Marina se abrieron paso entre las calles de estas favelas, ubicadas al norte del estado, y que dan acceso a la ciudad.
De acuerdo con una fuente de la secretaría de Seguridad brasileña, patrullas de la policía se situaron en diferentes puntos de accesos a las favelas para hacer fracasar cualquier intento de escape de los narcos.
Las autoridades pidieron a los habitantes que denuncien “criminales, escondites y locales donde puedan haber guardado armas, drogas u objetos robados”, y dijeron que nadie debe circular por las calles sin identificación.
Esta ocupación es un primer paso para ocupar el mayor y más violento Complexo da Maré, controlado por bandas enfrentadas del narcotráfico -Comando Vermelho (CV) y Terceiro Comando- y por una milicia parapolicial.
El profesor del Laboratorio de la Violencia de la Universidad Federal de Rio de Janeiro (UFRJ), Ignacio Cano, aseguró que “la proximidad con el aeropuerto hace inevitable que el gobierno ocupe esa región, la idea de proteger las vías principales tiene que llevar a la pacificación de Maré”.
Según la policía el primer paso de la operación es tomar el control de estos intrincados barrios cariocas, los mayores de todo el estado brasileño de Río.
Esta operación procede del año 2008, cuando las autoridades brasileñas decidieron apoderarse de las citadas favelas de narcos y milicias para policías, a fin de establecer la paz en la zona antes del Mundial de fútbol 2014 y los Juegos Olímpicos de 2016.
A mediados de febrero, el gobernador del departamento de Santa Catarina (sur de Brasil), Raimundo Colombo, pidió ayuda federal ante el incremento de las acciones vandálicas que suman 95 ataques en 29 ciudades.
Colombo informó en su momento que el territorio contará con el apoyo de la Fuerza Nacional de Seguridad para garantizar la seguridad de Santa Catarina, que desde finales de enero se ha convertido en escenario de la violencia de bandas criminales.