La policía francesa desmanteló este miércoles un campamento de gitanos donde vivían unas 80 personas en el poblado de Viry-Châtillon, a unos 20 kilómetros al sur de esta capital.
Las familias, que incluyen a 22 niños en edad escolar, ocupaban las instalaciones abandonadas de la antigua gendarmería local, las cuales fueron vendidas a una empresa dedicada a la construcción de edificios de viviendas.
Organizaciones humanitarias denunciaron que la decisión se tomó sin haber garantizado antes un alojamiento en condiciones dignas para esas personas.
La Cruz Roja local ofreció darles albergue de emergencia durante las próximas 24 horas, pero pasado este tiempo se desconoce cuál será su destino.
Durante 2010, y a pesar de las críticas de la comunidad internacional, las autoridades galas expulsaron del país a miles de gitanos de origen rumano.
El entonces ministro de Inmigración, Integración e Identidad Nacional, Éric Besson, estimó en más de ocho mil la cifra de gitanos deportados, la mayoría, según él, bajo la fórmula de una «repatriación voluntaria».