La Policía india ha utilizado este lunes cañones de agua para dispersar a los manifestantes que exigían el fin de la violencia contra las mujeres, tras la reciente agresión sexual colectiva y asesinato de dos jóvenes.
Centenares de participantes, la mayoría mujeres, se han congregado frente a la sede del gobierno en Lucknow, la capital del estado de Uttar Pradesh (norte), donde ocurrió la tragedia.
Los descontentos han subrayado que no abandonarán el lugar, y enfatizado que su deber es evitar que otros sucesos similares acaezcan.
Por la falta de cuarto de baño en su vivienda, las adolescentes se dirigían al campo momentos en que fueron atacadas. Sus cuerpos sin vida fueron hallados el pasado miércoles.
La ola de ira de los indios se intensificó después de que la Policía local se negara a ayudar a los padres de las dos niñas a encontrar a los autores, puesto que las víctimas pertenecían a una casta inferior.
Los defensores de los derechos de las mujeres, acusan a las autoridades del Estado de Uttar Pradesh de no actuar de forma eficaz contra los crímenes sexuales.
Las estadísticas oficiales reconocen que las menores de edad forman una tercera parte de las víctimas de abusos y que anualmente más de 7.200 niñas menores son blanco de violaciones en este territorio.