Por Pablo Fernández B.|Policía y lucha contrahegemónica (Opinión)

El mandato dado por el presidente Nicolás Maduro, orientado a la reestructuración integral del Cuerpo de Policía Nacional Bolivariana (CPNB), lejos de sorprender, ha sido una noticia esperanzadora.

En apenas seis años de creada, esta policía ha visto y sufrido en carne propia lo complejo que es conquistar una visión y una práctica policial diferente. Transformación que no es tarea sencilla, cuando se confronta mas de un siglo de historia policial marcada por un modelo hegemónico represivo y autoritario, corrupto, negligente, de bajo nivel profesional y distante del pueblo, el cual se niega a morir en la cultura y las prácticas que persisten en las instituciones policiales.

La esencia del CPNB está en su doctrina fundacional, que la concibe como una policía inserta en el proceso de refundación de la República. El CPNB tiene conciencia de sus raíces como pueblo y debe nutrirse por tanto en él, para resolver los problemas que le aquejan. Es por ello una policía que centra su accionar en el respeto de los derechos humanos y en una actuación que promueve convivencia.

Ahora bien, como hemos dicho, las tensiones entre el nuevo modelo que va emergiendo y el viejo que resiste su desplazamiento se evidencian en el choque cultural, simbólico y sistémico que se desencadena en el seno de los cuerpos policiales y de lo cual el CPNB no está exento, a pesar de su limitado tiempo de creación.

Tres elementos concentran lo medular a atender en esta revisión profunda ordenada en el CPNB: 1. El sentido de pertenencia e identidad institucional que aun no cuaja aguas arriba y que, por tanto, se proyecta negativamente aguas abajo; 2. La ausencia o deficiencia de la supervisión, caracterizada por ser inoportuna e ineficiente en los tres niveles (estratégico, táctico y operativo) y, 3. La disciplina ausente, que se deriva de desviaciones en la formación previa con que ingresan a la carrera policial muchos aspirantes, así como la falta de correctivos adecuados durante la formación académica o en el servicio, y la minusvaloración de las normas y los mecanismos de control interno y externo con que cuenta la institución policial.

En estos temas medulares se debe concentrar la fase de reestructuración que se ha iniciado y que permite abrigar esperanzas de que la Policía Nacional, nacida a la luz de la Revolución Bolivariana, enderece el cauce por el proyecto originario que le dio vida y sentido, para honrar su lema: “defender, proteger y servir a nuestro pueblo”.

pabloefb@gmail.com

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