El contralor israelí cuestiona la preparación de las fuerzas de guerra del régimen de Tel Aviv (IDF, por sus siglas en inglés) en caso de emergencia.
Entre una cuarta parte y la mitad de todos los colonos israelíes quizá no tenga acceso a un albergue adecuado en caso de emergencia, a pesar de que miles de misiles están listos para ser lanzados hacia el régimen en una eventual guerra, según un informe publicado el martes por Joseph Shapira.
El documento informa de numerosas lagunas en los planes administrativos y militares para proteger a los colonos, lo que podría obstaculizar la capacidad de las tropas israelíes para manejar la guerra, indica el auditor militar.
“Estas lagunas son visibles especialmente en las comunidades a lo largo de las fronteras norteñas y las ciudades sureñas, las regiones que se espera que estén bajo ataques incesantes”, afirma Shapira.
“Aunque los militares han previsto un escenario en el que Israel sería blanco de miles o incluso decenas de miles de cohetes y misiles, es dudoso que (los militares) tengan la capacidad adecuada para defender adecuadamente sus territorios”, añade el informe.
A continuación, este reitera que en 2012 se estimaba que el 27 % de los colonos israelíes ―más de dos millones― no gozaba de protección alguna en caso de guerra.
Unos 230.000 cohetes de distintos tamaños y capacidades están listos actualmente para ser dirigidos hacia los territorios ocupados, según las estimaciones de las IDF.
El régimen de Tel Aviv ha liderado dos agresiones a gran escala durante la última década, contra El Líbano y contra la Franja de Gaza. El 12 de julio de 2006, so pretexto de liberar a dos de sus soldados, Israel lanzó intensos ataques desde tierra, aire y mar contra el territorio libanés. No obstante, gracias a la solidez del Movimiento de la Resistencia Islámica de El Líbano (Hezbolá), el régimen se vio obligado a retirarse con las manos vacías.
Por otra parte, como consecuencia de 51 días de ataques militares a la Franja de Gaza entre el 8 de julio y el 26 de agosto de 2014, más de dos mil palestinos perdieron la vida y otros 11.000 resultaron heridos. Además, más de 1000 niños palestinos quedaron discapacitados y se destruyeron unas 108.000 casas.