El Departamento de Justicia de Estados Unidos está resucitando un programa diseñado para impedir amenazas internas a Estados Unidos, y el Fiscal General Eric Holder afirma que esas amenazas incluyen a «individuos que el gobierno considera están en su contra» o con prejuicios raciales.
El Comité Ejecutivo de Terrorismo Nacional fue creado tras el bombardeo de la ciudad de Oklahoma pero fue desechado poco después de los ataques terroristas del 2001 mientras funcionarios del orden e inteligencia cambiaron su enfoque a las supuestas amenazas desde fuera del país. El comité estará compuesto por figuras del FBI, la División de Seguridad Nacional del Departamento de Justicia y el Comité de Asesoría del Fiscal General.
En su declaración anunciando el retorno del comité, Holder dijo que está preocupado por el espectro de ataques provocados por «extremistas islámicos», pero expresó que este comité tendrá la tarea de identificar otras amenazas.
“También debemos preocuparnos con el continuo peligro que enfrentamos de individuos dentro de nuestras propias fronteras quienes pueden estar motivados por una variedad de otras causas desde ánimos antigobierno hasta prejuicios raciales”, indicó Holder.
Según reportes de la agencia Reuters, la Unión Estadounidense de Libertades Civiles está presionando contra el plan del Departamento de Justicia, temiendo “que podría ser un extenso mandato para monitorear y recoger discursos polémicos”.
Grupos conservadores están alarmados en múltiples niveles. En primer lugar, ellos se ven una vez más como objetivo de un gobierno que están en desacuerdo con ellos filosóficamente. “Parece que hay un intento para marginar a las personas que tienen puntos de vista que son claramente diferentes de los del gobierno y gran parte del sistema, dijo Horace Cooper, co-presidente del Consejo Consultivo Nacional Proyecto 21, canal de televisión de conservadores afrodescendientes.
Cooper expresó que muchos presidentes trataron con discursos críticos, particularmente en la oposición a la Guerra de Vietnam y hasta la invasión a Irak. Agregó que ningún presidente nunca respondió así.