Los motivos del lobo de Francisco de Asís|Avanzar con el pueblo todo el tiempo (Opinión)

Aprendimos muy jóvenes que en la teología católica hay tres virtudes, denominadas teologales, de carácter esencial. Ellas son: fe, esperanza y caridad. Mucho más tarde, nos lo recordó en cierta ocasión Pedro Duno durante un acto íntimo de homenaje a Alfredo Maneiro. Decía, tal vez con otras palabras, que Alfredo era un revolucionario tocado por el hálito divino de esas tres virtudes.

Ahora, en nuestro tiempo, y haciendo una analogía con la teología cristiana, pudiéramos afirmar que esas tres virtudes son también esenciales en la Revolución Bolivariana. O por mejor decirlo, que forman parte del legado del comandante Hugo Chávez.

La fe, que en nuestro caso podemos entender como confianza.

Confianza en el proceso, en sus grandes propósitos y estrategias, en el Plan de la Patria, en nuestros dirigentes, en el gobierno bolivariano y, sobre todo, en el pueblo sobre el cuál descansa la suprema responsabilidad de mantener el rumbo. Confianza que es la base de la unidad, tan anhelada y exigida por nuestros dos grandes libertadores: Bolívar y Chávez.

La esperanza, pero en nuestro caso, casi transformada en seguridad.

Seguridad de alcanzar nuestras metas, para superar la pobreza y construir una sociedad de seres humanos iguales en dignidad y libertad, dentro de la propia diversidad de culturas que nos caracteriza como sociedad. Seguridad de que ningún enemigo, por muy fuerte que sea, podrá con nosotros.

Y, por último, la caridad, asumida directamente como amor.

Amor que es herramienta imprescindible para los militantes de la causa humana. Como nos lo recuerda el presidente Nicolás Maduro a cada rato. Amor por los débiles, amor por la Patria, amor por la verdad, amor por la justicia. Pues lo aprendimos del Comandante: que la razón amorosa es el alma de nuestra Revolución

Por todo ello, y más allá de las tormentas y dificultades con las que a diario batallamos, conviene no despojarnos ni individual ni colectivamente de estas tres virtudes: fe, esperanza y caridad. O lo que es lo mismo, Confianza, seguridad y amor. Confianza en nosotros mismos. Seguridad en la victoria. Y amor suficiente para derrotar cualquier planteamiento de odio.

farrucosesto@gmail.com