Celebramos los 13 años de la victoria popular de abril de 2002 –después del golpe de Estado fascista más corto de la historia–, viviendo nuevamente la heroicidad de un pueblo que defiende su Revolución. Esta vez, contra un golpe imperial explícito y declarado.
Pero en esta ocasión con un chavismo más consciente de su papel histórico, con una Fuerza Armada Nacional Bolivariana más unida, más cohesionada en torno a la patria y más firme en su decisión de combatir los intentos antidemocráticos de una derecha fascista que cumple órdenes de Washington.
La historia parece repetirse. Desde la aparición del comandante Hugo Chávez en el escenario político venezolano, existen los planes de Estados Unidos para derrocar la Revolución Bolivariana en Venezuela.
La prueba más contundente de la injerencia gringa en nuestra patria se remonta a los días 11-12 de abril de 2002, cuando organizaron, financiaron y dirigieron un golpe de Estado de ultraderecha. Los rostros visibles fueron entonces los militares traidores de alto rango, gente vinculada con Carlos Andrés Pérez, Fedecámaras, Fedenaga, la CTV, el Opus Dei, el partido Primero Justicia, otros partidos de derecha y los grandes medios de difusión. Detrás de todos, el gobierno del país más experto en promover golpes y magnicidios en América: Estados Unidos de Norteamérica.
Llegamos a abril de 2015 sin que el imperio aprendiera aquella lección de abril. Esta vez, ante la imposibilidad de que sus lacayos pudieran cumplir la tarea, el propio presidente Barack Obama se pone a la cabeza de los golpistas, y amenaza, sanciona, decreta, ordena como si fuera el dueño del mundo.
¿Le habrán contado a Obama la historia real del 11, 12 y 13 de abril de 2002? ¿Sabrá que fue el pueblo el que cambió en 47 horas el rumbo de la historia, restituyendo a su presidente Chávez? Desde entonces hay una hermosa rebelión en Venezuela. Rebelión de las ideas, del amor y de la Revolución, y esta es cívico-militar.
¿Le habrán contado sus asesores, señor Obama, que en este país fallaron todos los manuales golpistas, porque el pueblo, junto a los militares patriotas, supo defender la Constitución, la Revolución, la Democracia y la Paz de la República? ¿Cómo es que se triunfa en un contragolpe?
¿Le habrán explicado que aquel golpe fascista nos dejó muchas lecciones y reflexiones? ¿Que el golpe fascista nos dejó ver las debilidades y las fortalezas del proceso y del Gobierno Bolivariano; nos develó a traidores y nos mostró la unidad y la conciencia que crecía en el corazón de la gente más humilde de Venezuela? Pero más importante aún, nos mostró el rostro de millones de héroes y heroínas patriotas. Nos enseñó el rostro verdadero de la derecha fascista.
Esa derecha trata por todos los medios que este funesto acontecimiento no se recuerde, pero eso es imposible. Diariamente, tenemos que trabajar para que no ocurra otro 11. Nos sirve para saber hasta dónde pueden llegar el odio y la ambición de los que no han aceptado el haber perdido los privilegios que ostentaban a costa del pueblo.
Los acontecimientos del último año en Venezuela nos de- muestran que la contrarrevolución se mantiene viva. Las mismas personas que dieron el golpe en el 2002 son los que ahora tratan de reeditarlo, las mismas intenciones y los mismos intereses.
Ese es el camino elegido por Obama y la ultraderecha. Por el contrario, a nosotros, las bolivarianas y los bolivarianos, nadie nos sacará del camino de lucha marcado el 13 de abril de 2002. El camino de la victoria y la paz.