Los cuatro candidatos a la Presidencia de México iniciarán el próximo viernes una intensa campaña electoral de tres meses, la cual está antecedida de impugnaciones y hasta acusaciones durante sus preparativos.
Una profusa propaganda en los medios de difusión y en las calles, así como numerosas actividades políticas vivirá el país hasta el 27 de junio, cuando se suspenda la promoción en la contienda, ya en vísperas de las elecciones del 1 de julio.
En esos comicios, a los cuales están convocados más de 77 millones de electores, serán elegidos el Presidente de la República, 500 diputados, 128 senadores, seis gobernadores y el jefe de gobierno del Distrito Federal, entre un total de dos mil 127 cargos públicos.
Los aspirantes al más alto cargo del país iniciarán respectivamente sus campañas en Ciudad de México, en Guadalajara y en Veracruz.
Andrés Manuel López Obrador, candidato de las fuerzas de izquierda por el Movimiento Progresista, integrado por los partidos de la Revolución Democrática (PRD), del Trabajo (PT) y Movimiento Ciudadano, ofrecerá una conferencia de prensa en la capital.
Enrique Peña Nieto, representante de la coalición Compromiso por México, formada por los partidos Revolucionario Institucional (PRI) y Verde Ecologista (PVEM) comenzará su campaña con un mitin en la ciudad de Guadalajara, en el estado de Jalisco.
Josefina Vázquez Mota, por el gobernante Partido Acción Nacional (PAN), participará en una actividad en su oficina de campaña en la capital.
Mientras Gabriel Quadri, del Partido Nueva Alianza (PANAL), empezará su contienda de manera muy peculiar, con un buceo en el mar del estado de Veracruz para patentizar su ecologismo.
Seguidamente ellos iniciarán sus giras de los próximos tres meses por el territorio mexicano, en las cuales se incluirán múltiples actos con la población en general, los que estaban prohibidos en el anterior periodo del proceso electoral.
Hasta los días de campaña, de acuerdo con los dictámenes de las autoridades competentes, las actividades de los partidos estuvieron limitadas a los procesos internos de promoción y elección de sus candidatos.
No obstante esas restricciones, ocurrieron diversos conflictos e incluso acusaciones entre los aspirantes y partidos contendientes, sobre todo acerca de aludidas violaciones de las normas electorales.
Para observadores, esas confrontaciones pueden ser un anticipo de la forma en que se desarrollará la campaña electoral, ya con mucha más tensión y finalmente decisiva.
Las encuestas acreditadas que se han realizado hasta este momento dan como favorito a Peña Nieto, con más de 10 puntos de ventaja sobre sus rivales, seguido de Vázquez Mota, de López Obrador y de Quadri, en ese orden y con menor diferencia entre ellos.
No obstantes, todos los candidatos, incluso el aventajado del PRI, coinciden en que esas indagaciones son solo referencias y la última palabra estará en las urnas el primer domingo del séptimo mes.
Asimismo, se considera que las semanas venideras serán decisivas en los resultados electorales.
Los temas más abordados hasta ahora por los presidenciales son sus propuestas para avanzar en la economía, disminuir los niveles de pobreza, crear más empleos, combatir con mayor efectividad al crimen organizado y a la corrupción.
Igualmente, sus proyectos para desarrollar nuevos programas educacionales, de salud, sociales y juveniles, entre otros. México se apresta a la elección de un nuevo Presidente, cargo que fuera ocupado desde 1929 hasta el año del 2000 por un representante del PRI y posteriormente por dos del PAN.
Ahora la pregunta que nadie puede contestar a ciencia cierta es si uno de ambos partidos retornará al poder o si lo asumirá una nueva opción.
Por su parte, los cuatro candidatos expresan con optimismo su confianza en alcanzar el triunfo. Pero, uno sólo tendrá la razón.