Para el dirigente del Partido Socialista Unido de Venezuela (Psuv) y profesor de la cátedra de economía petrolera de la Universidad del Zulia (LUZ), Rodrigo Cabezas, una confrontación entre Arabia Saudita e Irán, desataría un tercer “boom” petrolero en la historia de ese mercado a escala mundial, que afectaría principalmente a las economías en vías de desarrollo.
A su juicio, se vería afectado el 26% de la producción mundial de petróleo, todo lo cual implicaría que los precios del crudo alcancen hasta los 300 dólares el barril.
“Una conflicto bélico en el Golfo Pérsico implicaría un precio del barril del petróleo que no soportaría nadie. Se trata de una zona donde se produce el 23 % del petróleo que se consume en el planeta y tiene el 60% de las reservas petroleras mundiales, que de verse afectada estaríamos frente a un conflicto mundial en el plano humano y el plano económico para el planeta”, afirmó el economista.
En cuanto a la posición de Estados Unidos, ante una eventual crisis bélica en el Golfo Pérsico, señaló que la crisis que atraviesa la economía norteamericana dispone a su gobierno a “jugar con fuego”.
Cabezas, aseguró que un conflicto en la referida región, sólo le sería útil al Gobierno de la potencia del norte, para reactivar su industria guerrerista.
“¿Qué pretende Estados Unidos?, es la interrogante que nos hacemos analistas», dijo el economista, quien agregó que este país quiere salir de la recesión económica que padece a través de una confrontación bélica en el Medio Oriente.
«Si eso es lo que busca sería inhumano, catastrófico incluso para ellos porque una eventual confrontación tendría un alto impacto en los países consumidores, agravando así la situación económica mundial”, aseveró.
El dirigente de la toda socialista, también se refirió al papel que jugaría Venezuela ante un conflicto en la referida región, desde la perspectiva estrictamente económica.
Tras ser reconocido como el país de las reservas de petróleo más grande del planeta, éste resultaría beneficiado, pero –enfatizó el cabezas- se trata de un asunto donde están en juego miles de vidas humanas. “Venezuela no es un país belicista. Apostamos a la paz”, subrayó.
Finalmente, instó a activar todos los mecanismos de diálogo entre los organismos internacionales, a los fines de evitar una nueva guerra a escala planetaria y librarse de caer en la estrategia norteamericana “que pareciera conducir a una nueva situación de conflicto militar”, concluyó.