Por Carolina Escarrá Gil|Dos modelos (Opinión)

A pocos días de que se cumplan tres años de la siembra de un militante de la esperanza, recordamos aquello que nos repetía una y otra vez cuando decía que el problema era que existían dos modelos de Estado contrapuestos e irreconciliables, que a decir de Antonio Gramsci se trataba de dos bloques históricos, como dos formas de percibir el mundo, la historia y la Patria/Matria.

Ese mismo problema que es motor de guerras y de enfrentamientos geopolíticos, e inclusive de diferencias religiosas y étnicas que están a la orden del día y que llenan las primeras planas de los periódicos, mientras esconden la razón intrínseca, vinculada a la obtención de los recursos naturales y humanos que el imperialismo arrebata sin previo aviso, mientras disfraza su intención con el discurso de derechos humanos y de democracia.

Ese mismo problema que se genera entre dos modelos de democracia, donde se pasó de un modelo representativo a uno participativo y protagónico; por eso vemos elecciones internas en los partidos y grupos de poder gubernamental; por eso vemos algunas experiencias exitosas en lo que se refiere al gobierno local autosustentable que al final de cuentas no es mas qué una idea de la Comuna; y por eso vemos una de las últimas entregas del Camarada Llamarada, como lo es la Ley del Consejo de Estado.

Ese mismo problema que se presenta entre Francis Fukuyama y Samuel Huntington, naufragando entre el mundo dominado por el sistema capitalista, fundamentado en los organismos de Bretton Woods y el mundo del choque de civilizaciones producido artificialmente y superado por lo multipolar en contraposición a lo multilateral del Consejo de Seguridad.

Ese mismo problema que viene a mi mente cuando pienso en su legado en función de la concreción del socialismo bolivariano, adaptado a la realidad concreta del siglo XXI, y con el basamento jurídico necesario para generar las transformaciones que exige la historia.

Recuerdo entonces que debo invitarlos el domingo 25 a compartir tres años de la siembra del Camarada Llamarada; y también al Museo Boliviano el 26 y 27 de enero, para hablar de la expresión más pura de amor patrio como es la Constitución bolivariana; en conmemoración a tres años de su ausencia que llena soledades y genera fuerza en la unidad y continúa en la lucha de las batallas para lograr victorias.

cescarragil@gmail.com