Funcionarios de la Casa Blanca y el Departamento de Estado que dirigían los esfuerzos de Estados Unidos para controlar la campaña militar israelí en la Franja de Gaza fueron tomados por sorpresa el mes pasado cuando se enteraron que el ejército israelí había estado asegurando silenciosamente suministros de municiones del Pentágono sin su aprobación.
Desde entonces el gobierno de Barack Obama ha reforzado su control en la transferencia de armas a Israel. Pero funcionarios israelíes y estadounidenses dicen que la hábil maniobra burocrática dejó clara la poca influencia que tiene la Casa Blanca y el Departamento de Estado sobre el gobierno del primer ministro israelí Benjamin Netanyahu.
La sorpresa sobre las municiones y la previa respuesta de Estados Unidos no comunicada, se suman a una serie de desaires y argumentos que han burbujeado detrás de las escenas durante el ataque a Gaza, según los eventos relatados por funcionarios estadounidenses, palestinos e israelíes de alto rango involucrados.
Además, anteriores y actuales funcionarios estadounidenses afirman que los lazos entre Estados Unidos e Israel han sido afectados por filtraciones que ellos creen estaban destinados para socavar la posición del gobierno estadounidense, tergiversando su postura y retrasar un alto el fuego. Las batallas han llevado las relaciones al punto más bajo entre los dos países desde que el presidente Obama asumió el cargo.
Actualmente, muchos funcionarios del gobierno estadounidense dicen que el conflicto de Gaza los ha convencido de que Netanyahu y su equipo de seguridad nacional son imprudentes y poco fiables.
Por su parte, funcionarios israelíes describen al gobierno de Obama como débil e ingenuo, y están haciendo todo lo que pueden para eludir a la Casa Blanca a favor de los aliados en el Congreso y en otras partes del gobierno.
Desconocido por muchos responsables políticos, Israel se estaba moviendo en pistas separadas para reponer los suministros de municiones letales para ser utilizados en Gaza y para acelerar la aprobación de los fondos de la Cúpula de Hierro en el Congreso estadounidense.
El 20 de julio, el ministro de defensa israelí pidió al ejército estadounidense una gama de municiones, incluyendo proyectiles de mortero de 120 mm y rondas de iluminación de 40 mm, que estaban ya almacenados en un arsenal de armas preposicionadas en Israel.
La solicitud fue aprobada a través de canales militares tres días después, pero no se hizo pública. Bajo los términos del acuerdo, los israelíes utilizaron el financiamiento de Estados Unidos para pagar 3 millones de dólares en proyectiles para tanques. Ninguna aprobación presidencial o visto bueno del Secretario de Estado fue requerida o solicitada, según funcionarios.