¿El PSOE le da la espalda al Partido Popular? |España: Rajoy asume por fin que no suma apoyos para formar Gobierno

La rueda de prensa de Pedro Sánchez en Lisboa, tras reunirse con el primer ministro de Portugal, António Costa, fue seguida atentamente por el Partido Popular (PP) y por un Mariano Rajoy que se ha dedicado al trabajo de despacho en La Moncloa, sin agenda oficial.

A los conservadores no les pilló por sorpresa el rechazo de la gran coalición -una vez más- por parte del secretario general del Partido Socialista Obrero Español (PSOE). También se esperaban el anuncio de que Sánchez intentaría formar Gobierno si Rajoy fracasaba en su intento, y lo haría tratando de dar luz verde a una «coalición de fuerzas progresistas», según ha anunciado él mismo.

Sin embargo, mientras Sánchez se reunía con Costa, que encabeza un Gobierno progresista en Portugal, los dirigentes del PP han apurado toda la mañana del jueves insistiendo al PSOE -vía medios de comunicación- en que la mejor opción de Gobierno era mantener a Rajoy en La Moncloa. Lo hicieron Rafael Hernando, Dolores de Cospedal o Javier Maroto, integrantes los tres del Comité de Dirección del PP, aunque no fueron los únicos.

La rueda de prensa de Sánchez alejó definitivamente las esperanzas del PP en repetir Gobierno sin una segunda vuelta electoral y sus dirigentes cambiaron el tono del mensaje, pasando de apelar a la responsabilidad histórica de los socialistas a criticar a su líder que anteponga sus intereses personales al bien general (Alfonso Alonso) o a advertirle de que «los Gobiernos de perdedores son Gobiernos en los que pierden los ciudadanos», como la vicepresidenta en funciones, Soraya Sáenz de Santamaría, que fue la primera en responder a las declaraciones del secretario general del PSOE y le recordó, además, que la suma para ser investido como él pretende «no le da».

El aviso de la número dos del Gobierno, sin embargo, no es del todo cierto, por cuanto Sánchez no despejó ayer las dudas sobre si con su «coalición de fuerzas progresistas» incluiría o no a los nacionalistas, incluso a los independentistas. Al PP es a quien no le salen las cuentas en cualquier caso -y poniendo por delante que una alianza entre PP y Ciudadanos no incluiría en ningún caso apoyos nacionalistas, salvo, tal vez, de Coalición Canaria (1) o, estirando mucho el recuerdo histórico, del PNV (6)-.

En el mejor de los casos, pues, Rajoy tendría los votos del PP (123), Ciudadanos (40), PNV (6) y CC (1), es decir, que sumaría 170 escaños. Enfrente, sin embargo, el líder conservador contaría con el voto negativo, casi con total probabilidad, y también en el mejor de los casos, de PSOE (90), Podemos (69), ERC (9), IU-UP (2) y Bildu (2), es decir, con 172 escaños en contra frente al más optimista de los escenarios conservadores posible, los 170 apoyos. Sin contar, asimismo, que Rajoy podría sumar también el voto negativo de los 8 diputados de Democràcia i Llibertat (antigua Convergència), lo que sumaría 180 en contra.

Sánchez descartó ayer, pues, una de las posibilidades de Gobierno, la mayor en dimensiones, la gran coalición PP-PSOE-Ciudadanos, aunque no aclaró nada sobre sus planes, a la espera de que Rajoy mueva ficha. Esta ficha, sin embargo, parece abocada a ser la de acudir al rey a presentarle una opción imposible, tal vez celebrar un Pleno de Investidura ficticio para que cada cual se retrate y dejar a Sánchez que mueva su ficha «progresista», también, con todas las incógnitas.

F/Publico.es
F/EFE