Los agresivos medios de la derecha «informativa» española que han acusado a los candidatos progresistas de ser «chavistas» y estar al servicio del Gobierno Bolivariano deberían reconocer que, en tal caso, es Venezuela la que ha ganado las elecciones en Barcelona, la que ha golpeado a la derecha en Madrid, Valencia, La Coruña, Santiago de Compostela y Cádiz y en las Comunidades Autónomas de Castilla-León, Aragón y otras.
Que es Venezuela la que ha hecho retroceder en dos millones y medio en votos al arrogante Partido «popular» y en mas de tres millones de votos en total al bipartidismo formado por PP y PSOE.
En realidad la campaña mediática burda y grosera que buscaba a la vez frenar el ascenso de la oposición española y acosar a Venezuela se ha vuelto contra sus torpes arquitectos y conductores.
Cada país es distinto y tiene sus propias contradicciones.
Una parte de los líderes emergentes (Pablo Iglesias, Íñigo Errejón, Ada Colau, Manuela Carmena) no admira a los comandantes Hugo Chávez y Fidel Castro sino a los expresidentes Luiz Inacio Lula da Silva y a José «Pepe» Mujica, otros sí los defienden abiertamente (Couso, Juan Manuel Sánchez Gordillo, Diego Cañamero, David Fernández, Cayo Lara).
Eso no importa. Lo que importa es que España deje de ser plataforma de ataque contra Venezuela y los pueblos del mundo, que desaparezca el Gobierno mas reaccionario de Europa por el bien de todos, que los pueblos y trabajadores consigan el poder y también allá se planteen construir el socialismo