Por Luis Pino Araque|Las mujeres y los jóvenes son peligrosos (Opinión)

El mundo occidental, desde la antigüedad hasta nuestros días del siglo XXI, ha estado regido por el acento patriarcal, es decir, por el machismo que ha relegado a la mujer al trabajo explotador, a la mano de obra más barata, al segundo plano, a la explotación de su sexo y sensualidad como objeto de consumo, tal vez, por ser lo que más vende y deja fabulosas ganancias, precisamente, no a las mujeres, en este mundo capitalista voraz, escondido muchas veces en una falsa “liberación femenina”.

En cuanto a los jóvenes, en el mundo capitalista son la fuerza a ser, domeñada o domesticada, adaptada a los intereses del Estado burgués, en universidades que forman para la estupidización con título, siempre en minusvalía y en débito, desde el momento en que empieza a crecer con aquello de que “adolece” el joven que empieza a crecer y a vivir el mundo, mal llamado “adolescente”. Luego, los jóvenes pasan a servir de carne de cañón, mano de obra barata y medianamente calificada y principal consumidor de bienes, servicios y, sobre todo, drogas, porque son el principal motor económico del mundo capitalista.

En cambio, esa mujer y esos jóvenes del viejo mundo, en este nuevo mundo, multicéntrico y pluripolar, que se empieza a consolidar en esta Revolución Bolivariana, socialista y chavista, asumen las riendas de sus vidas y son protagonistas en la esfera colectiva, haciendo historia y haciendo patria, como jamás antes se había concebido.

Es por ello, que entre otras manifestaciones de emancipación, liberación y vivir viviendo, desde las filas del partido Socialista Unido de Venezuela (PSUV), siguiendo los lineamientos del comandante Hugo Chávez y convencidos como está nuestro líder y presidente Nicolás Maduro, nuestras UBCh, en asambleas, han propuesto aspirantes a candidatos a la Asamblea Nacional (AN), entre los que nos hemos propuesto dar el sitial que merecen con equidad, como corresponde a mujeres y jóvenes, convencidos de que gracias a ellos y sin parricidio alguno, sino todo lo contrario, asidos de la experiencia y sabiduría de los adultos mayores y contemporáneos (los mayorones o los más viejos de nosotros) esta Revolución se hará “irreversible”, como diría el joven mártir y diputado Robert Serra.

Es apenas el comienzo de la participación activa de mujeres y jóvenes, como vanguardia y protagonistas de este proceso revolucionario. También, representa un gran peligro para los intereses restauradores del imperialismo unipolar decadente y de sus lacayos criollos, los plutócratas y los viciosos de la IV República.

@l2pino2