Artículo recomendado por el presidente de Venezuela|Nicolás Maduro y su lealtad con Hugo Chávez (Opinión)

Nicolás Maduro, invocando las fuerzas espirituales que lo unieron a Hugo Chávez, nos ha informado a los venezolanos del profundo legado que ejerció sobre él el extinto Presidente. Hugo Chávez fue un convencido de los poderes creadores del pueblo. Este hombre luchó por empoderar al pueblo de la conciencia política que lo hiciera marchar por la ruta de la libertad. El Presidente se nutrió del pensamiento de la Ilustración, reivindicó el pensamiento de Simón Bolívar. Conocedor de la realidad de su país, reprobó el barbarismo que se cometió el 27 y 28 de febrero contra el pueblo venezolano. Supo que Venezuela en la Cuarta República estaba sometida a la dictadura de los maulas.

Esta elección confrontó dos modelos políticos, el de Henrique Capriles Radonski y el de Nicolás Maduro. La derecha, con su torpeza característica, lleva a la cabeza a Capriles. El Partido Primero Justicia no ha tenido el tiempo ni la madurez de confeccionar una propuesta que se identifique con el pueblo venezolano. El soporte de Capriles es la filosofía neoliberal y el odio hacia Cuba. Capriles como estrategia política ha reeditado el odio secular hacia la República cubana y al comunismo. Amenazaba con claridad que, una vez en el poder, los cubanos deberán regresar a su país, luego demagógicamente prometió arreglarles sus pasaportes. Los venezolanos ya tenemos experiencia de lo que son capaces estos neorricos de Primero Justicia. El 11 de abril Capriles franqueó los muros de la Embajada cubana.

En aquella oportunidad Capriles se hizo acompañar de la gusanera anticastrista. A la luz del mundo quedó evidenciado su despropósito al violar el Derecho Internacional. El lenguaje de Primero Justicia está vinculado a la necrofilia y a la calumnia. Esta gente atacó al general Francisco Pérez Arcay, y tergiversó el discurso de despedida que dio en las exequias de Hugo Chávez.

Nicolás Maduro reivindica el discurso de Chávez, recalca que su proyecto es hondamente nacionalista. Él continuará el camino que un día emprendió Chávez, sabe del compromiso moral que tiene con los venezolanos. Lo ha dicho claramente: desarrollaré los proyectos que continúen consolidando a Venezuela como potencia. La élite antinacional que representa Capriles lo ha atacado, se le ha acusado de ignorante. Este sector lo discrimina por haber sido trabajador del volante en el Metro de Caracas, ante esto Maduro ha sido incólume, sabe que se juega el futuro de la República.

Maduro, en su carácter de presidente de Venezuela, ante los desproporcionados ataques de la derecha, ha garantizado a los técnicos, entrenadores y médicos cubanos que continuarán en Venezuela prestando su colaboración. Maduro ha expresado su compromiso moral con el país. Lo ha dicho claramente, para él Chávez fue y continúa siendo su maestro, su conductor. Venezuela, con el fallecimiento de Chávez, ha manifestado su inconformidad. El pueblo adquirió una relación desproporcionada con su líder. Maduro ha llamado al país nacional a defender el socialismo, la democracia y la herencia de Chávez.

La derecha subestima a Nicolás Maduro, siempre parten de los supuestos de su patraña triunfalista, han olvidado que el proyecto es unigénito, desestiman a Maduro olvidando su buena gestión como canciller de la República. Es lógico y natural que el duelo de la muerte de Chávez persista en Nicolás Maduro, esto no significa que no haya aprendido. El discurso de Maduro enfila hacia los hondos problemas de un país que ha tenido la tragedia de vivir con una élite desalmada que solo piensa en entregar el país y en golpes de Estado.

Capriles es el verdadero hijo de una Venezuela antinacional, no le tiembla el pulso cuando hay que violar los derechos humanos como hizo con Rodríguez Chacín, cuando lo arrastró para que recibiera una felpa por parte de los sectores ultramontanos de la sociedad venezolana. Ese 11 de abril, tanto Henrique Capriles como Leopoldo López expusieron lo peor de su inconsciente, a esa Venezuela no la añora nadie. Los días de abril 2002 y la detención del para entonces diputado Tarek William Saab evidencian el odio que la oligarquía tiene hacia todo aquel que la adversa. Hay que recordar siempre las enseñanzas de Lenin, lo peligroso de la burguesía son sus contactos internacionales. El poder de fuego y de reacción de Estados Unidos está en las bases militares en los países que tienen vecindad con Venezuela.

EL proyecto central de Nicolás Maduro es su antiimperialismo. Sabe muy bien este líder que hay que continuar con la gran Misión Vivienda Venezuela. No se le debe dar cuartel a los enemigos históricos de la Patria. La contienda se gana con el sostenimiento del pueblo, pero el mantenimiento de la República depende de las armas y la convicción de las fuerzas militares, pero no solo eso, la integridad del proyecto de cambio social debe tener su soporte en las comunas, en los barrios, en las universidades. Este es un momento donde los clarines de la Patria –para decirlo en términos del Presidente Chávez– reclaman la voluntad política de los venezolanos. Como lo decía José Félix Ribas: la Patria no puede morir, es necesario vencer.

Las campañas internacionales atacan a Venezuela por los cuatro puntos cardinales. Se ha desatado internacionalmente una campaña de infamias que responsabiliza a Nicolás Maduro como el gran causante del supuesto fracaso de la República. Se nos está preparando para la guerra. Los mensajes televisivos conducen a atizar el odio en la clase media.

Se apunta a inocular xenofobia en el pueblo venezolano. La burguesía apátrida no produce ideas, se han convertido en los propagandistas de una peligrosa psicología de guerra que puede conducirnos al caos. Este guión lamentablemente les ha funcionado en África. El imperio y sus sirvientes no abandonan la idea de ponerle de nuevo la mano a la comercialización del petróleo. No es fácil resignarse a la pérdida del usufructo sobre el oro negro.

Nicolás Maduro es cada día desprestigiado, se le acusa de analfabeto, de autobusero. De la noche a la mañana esta élite descubrió grandes bondades y éxitos en los gobiernos de Chávez que Maduro podría llevar a pique, esta situación es insostenible, hay que salirle al paso en la arena política a estas infamias. Se busca calentar la calle, se utiliza a los manitos blancas como carne de cañón, se los envía a desprestigiar a la alta oficialidad y a provocar a los afectos al Gobierno, y luego se los trata de victimizar haciendo abstracción de los hechos. El efecto que se busca lograr ante la comunidad internacional es que vivimos en la anarquía, en el desgobierno.

La última voluntad del Presidente Chávez de llevar a Maduro a la Presidencia de la República se ha hecho una realidad. Para la Patria hay un solo camino, el socialismo o la barbarie. La conciencia política de los venezolanos ha madurado. El pueblo sabe que el país está siendo asediado por una propaganda criminal que trata de satanizar al país a escala internacional. Hay que girar instrucciones desde la Cancillería para que las embajadas nuestras en el exterior defiendan el proyecto político socialista en los medios impresos y televisivos internacionales. No podemos seguir callados ante los ataques.

Capriles y sus secuaces intentan presentarse como nacionalistas, se asumen como adalides de la libertad. Estos señores intentan borrar las diferencias clásicas entre la derecha y la izquierda, sólo que su programa político es el golpe de Estado…

Texto/
Ilustración/Uncas

Yo creo que éste pueblo revolucionario 100% está consiente de que capriles está preparando ese golpe de estado pero nosotros defenderemos está patria libre que nos dejó nuestro gran comandante CHAVEZ a el le debemos que haya tomado en cuenta a éste pueblo pobre olvidado por los fascistas que sólo quieren el poder para esclavisarnos pero estamos bien preparados con NICOLAS como presidente nos sentimos protegidos de esos asesinos