Por Miguel Quintero|Nuestro camino (Opinión)

El camino que estamos transitando no está trazado, lo estamos surcando; se hace visible con la estampida de los verdaderos protagonistas, que somos este pueblo participativo activamente con la bendición de Dios y la guía del comandante Hugo Rafael Chávez Frías.

No es fácil, pero tampoco lo difícil nos detendrá en la construcción de nuestro destino.

Las dificultades no serán la excepción, pero eso nos hará más dispuestos para seguir el rumbo propuesto.

Los intereses individuales, particulares, sectarios, foráneos, siempre estarán presentes y algunos de los nuestros serán tentados para entorpecer y torpedear lo logrado y lo que estamos logrando.

El dolor nos invade de manera sorpresiva, pero eso nos alimenta el alma, sabiendo que vamos por el camino correcto, que no es en vano lo ocurrido y que el miedo, el temor, las dudas, las traiciones, las angustias, las desilusiones, las mentiras, se irán decantando por sí solas, por lo que requerimos estar claros y conscientes primeramente para “lograr la unidad perpetua del pueblo todo y con ello el objetivo supremo, la Revolución irreversible”.

No es suficiente lo que hacemos, pero sí es muy significativo cuando es de corazón, con sentido común, pertenencia y pertinencia. Eso es lo que nos diferencia y es nuestra razón para seguir adelante.

Los errores no deben seguir siendo la excusa para justificarlos, no podemos ser cómplices silenciosos y activos de las desviaciones comunes que vivimos, dado que en la mayoría de los casos ya las asumimos como normales.

La condición humana nos hace temerosos de emprender rumbos desconocidos, hagamos de eso nuestra fuerza, rompamos los esquemas tradicionales y empecemos a creer en lo capaces que somos para juntos seguir en el camino que nos toca surcar y trazar.

Nuestros caciques, el libertador Simón Bolívar y sus hombres en la lucha de independencia, Alí con su canto, el comandante Chávez y sus hijos, iniciaron este rumbo, sin camino, pero con una dirección clara; nos corresponde continuar avanzando, pueblo todo; de lo contrario otra cosa más que hacer será perder.