Por Adán Chávez|Organizarnos para la resistencia y el combate (Opinión)

Estamos en presencia de la más grande ofensiva del imperialismo en contra de Nuestramérica. De manera simultánea, se gestan intentos de golpe de Estado para derrocar gobiernos progresistas y de izquierda. Allí está Brasil, en pie de lucha contra el “golpe institucional”. Desde aquí, toda nuestra solidaridad con la presidenta Dilma Rousseff y con el pueblo brasileño, que ha salido a las calles en defensa de la democracia. También se ha desatado una persecución infame que busca el linchamiento moral de los líderes políticos que junto al comandante Hugo Chávez, emprendieron un nuevo proceso de liberación nuestroamericano. Vaya nuestro abrazo fraterno y el apoyo incondicional a la expresidenta argentina Cristina Fernández y al expresidente obrero Lula da Silva.

En un poco mas de una década, han sido incuestionables los logros en la región; el poder emergente que surgió de las bases populares dio vida a un nuevo proyecto histórico continental trazando el camino hacia nuestra definitiva independencia, que es el mismo camino hacia la mas perfecta unidad de nuestros pueblos.

La creación de la Alianza Bolivariana para los Pueblos de Nuestramérica, de la Unasur, de PetroCaribe, la Celac, así lo demuestran. Como nos sigue diciendo Chávez, este es el siglo de la liberación de nuestros pueblos; no dejaremos que una nueva escalada neoliberal eche por tierra el futuro de paz, justicia social y unión de América Latina y el Caribe.

En Venezuela, pese a los intentos desestabilizadores de la derecha fascista, seguimos avanzando. El Tribunal Supremo de Justicia (TSJ) ha declarado el carácter inconstitucional de la “ley de amnesia criminal” que pretendió imponer la oligarquía para dejar impunes crímenes y delitos cometidos contra el pueblo y contra la Patria. Todos las venezolanas y los venezolanos debemos incorporarnos a esta batalla contra la impunidad, contra los especuladores, contra quienes desangran al país. No es tarea solo del Ejecutivo Nacional: es tarea de toda la sociedad, pues solo la justicia puede garantizar la paz social.

El pueblo organizado debe asumir el protagonismo que le corresponde; solo de esa manera podemos enfrentar los retos económicos, políticos y sociales de gran envergadura que se alzan en esta coyuntura por la que atraviesa nuestra Revolución.

Hoy, mas que nunca, la capacidad de resistencia, el pensamiento creador, la lealtad a los principios y la confianza de nuestro pueblo en sí mismo, están a prueba. Pero no nos cabe duda que saldremos airosos y fortalecidos de esta circunstancia. La burguesía y el imperialismo no nos harán retroceder.

La Revolución Bolivariana emergió no solo para hacer un Gobierno del pueblo y para el pueblo, sino para cristalizar un cambio estructural en lo político y lo económico que nos permita afianzar un modelo social que proporcione a todos, como decía Bolívar, la mayor suma de felicidad posible.

En este momento decisivo, la condición básica para la preservación de la Revolución y la transición de Venezuela hacia el socialismo es la defensa, la conservación, la expansión y la profundización de la independencia nacional.

Esto solo será posible mediante la consolidación del poder revolucionario, para lo cual debemos impulsar el fortalecimiento de la alianza cívico-militar, garantizando la participación activa de la FANB en el desarrollo económico del país y la incorporación del pueblo a la defensa nacional a través de la reserva militar.

El pueblo civil y el pueblo uniformado deben pasar a la defensa activa. La Revolución debe trascender lo coyuntural y empezar a proyectarse en el tiempo, superar los escenarios inmediatos y tomar un rumbo estratégico.

Al Congreso de la Patria corresponde ser un espacio crucial de reflexiones, debates y definiciones. De allí deben

surgir no solo las orientaciones ideológicas, sino también las concepciones revolucionarias y las críticas inexorables que debemos hacernos, sin complejos de ninguna especie, para que pueda emerger una praxis transformadora para allanar el camino que nos conduzca a cumplir en profundidad el proyecto bolivariano y socialista que nos hemos trazado y que estamos ganados a convertir en encarnación histórica.

Este no puede ser un Congreso encerrado sobre sí mismo. Si algo debe caracterizarlo es su profunda carga dialéctica: una dialéctica fecunda y viva generada por la interacción permanente entre delegadas y delegados con la base militante y con el pueblo todo. Como dijo Chávez: Si grande es lo que deseamos, pues grande e indeclinable tendrá que ser nuestro empeño militante.

Allí juega un papel fundamental la juventud. A la juventud revolucionaria le corresponde el ejercicio de la rebeldía crítica y creadora: su participación protagónica es decisiva para la batalla sin tregua contra las desviaciones. Necesitamos, hoy mas que nunca, su fuerza vigorosa para derrotar a la corrupción, al burocratismo; así como, al sectarismo, al dogmatismo.

En este Congreso no solo nos jugamos nuestro particular destino como Revolución, sino sobre todo nos jugamos el destino pleno de la Patria.

Exhorto a todas y a todos los que participan en este Congreso a vigorizarnos

y crecer en el espíritu de unidad, en el espíritu de Chávez: a consolidarnos en el fervor socialista y crecernos en los propósitos mas puros que nos deben mover como revolucionarios.

Convocamos al pueblo en este Congreso de la Patria a fortalecer la organización política y consciente para la resistencia y el combate: el nuevo bloque histórico para la consolidación de la Revolución Bolivariana.

Los pueblos se transforman a sí mismos a través de sus acciones, en la medida en que transforman sus circunstancias en función del bien común. Pensar y actuar en procura de la nueva sociedad, de la construcción de un nuevo modelo que supere el rentismo petrolero; que supere los vicios del capitalismo: la individualidad, el egoísmo, el sálvese quien pueda. Para ello contamos, con la juventud, civil y militar, con esas nuevas generaciones que surgen al calor de la contienda; sin sectarismo, sin ambiciones individuales, impulsados por el diáfano amor por la Patria.

La irreversibilidad del cambio de época en la América Latina y el Caribe, sin tutelas del imperialismo estadounidense, en toda Nuestramérica, está íntimamente ligada a la Revolución Bolivariana: ¡Por Venezuela y por la Patria Grande debemos vencer!

¡Viva Chávez!

¡Viva Maduro!

¡Viva el Congreso de la Patria!

¡Venceremos!

@Adan_Coromoto