Por Carolus Wimmer|Por la paz y el socialismo (Opinión)

La recién culminada cumbre de la Organización del Tratado del Atlántico Norte (OTAN) en Varsovia, la capital de Polonia, representa una escalada sin precedentes en la guerra global que han empren- dido las potencias imperialistas. Llama la atención en especial la intensificación de la arremetida económica, financiera mediática y militar contra Rusia, iniciada hace dos años con el golpe fascista en Ucrania apoyado por Estados Unidos y Alemania.

La OTAN muestra los colmillos a Moscú, expandiendo fuerzas militares a todo lo largo de la frontera rusa.

El secretario general de OTAN, Jens Stoltenberg, anunció además una mayor presencia en Irak y Siria y control militar del Mediterráneo y de todos los países “vecinos” de la OTAN; así como maniobras militares de Libia a Georgia, Ucrania, Afganistán y las regiones fronterizas con China.

También se acordó enviar miles de tropas mas a Polonia y los países bálticos Estonia, Letonia, Lituania, abrir bases militares en la frontera con Rusia y elevar la fuerza de acción rápida a 40 mil efectivos.

Mientras, cada conflicto local en las regiones dominadas por la OTAN tiende a convertirse inmediatamente en uno de carácter global. Por ejemplo, en América Latina tenemos las bases en Curazao, Aruba, Cayena y Malvinas.

Después de 25 años de la victoria de la contrarrevolución en la Unión Soviética (URSS) aumenta el peligro de una III Guerra Mundial. Esa amenaza la potencian las contradicciones internas dentro de la Unión Europea, tal y como lo puso en evidencia el triunfo del Bretxit en el Reino Unido.

La cumbre representó una advertencia para la clase obrera internacional. La crisis capitalista en Europa y EEUU amenaza a la humanidad con una catástrofe de proporciones inimaginables.

Para enfrentarlo, construir un movimiento internacional por la paz y el socialismo es indispensable.

@wimmerparlatino